La sabiduría emocional que se le exige al alumnado universitario es una variable que nadie nos cuenta a la hora de lanzarnos a la aventura académica. Diferentes tipos de sensaciones recorren nuestra mente durante esta travesía. Desde la capacidad de sobrellevar una oleada de exámenes, hasta la aceptación de una mala calificación. El estrés florece durante este periodo y cada vez con más frecuencia. Nos estresamos por falta de tiempo, falta de estudio o por creer que no somos capaces de cumplir el tiempo de entrega de los trabajos.
Este sentimiento puede llegar a ser necesario para satisfacer ciertos objetivos, ya que la felicidad que experimentamos al finalizar un proyecto, que nos ha costado tiempo y sudor, no tiene precio. Las altas expectativas que el profesorado espera del estudiantado, como es en la Universidad de la Laguna, genera un alto grado de tensión en nuestro interior. Cuestiones como: «¿Y si no soy suficiente», «¿ y si no lo hago como se espera de mí?», recorren nuestra mente cada día.
«La presión es necesaria para familiarizarnos con el ambiente de trabajo»
Es una realidad que adentrarnos en un nuevo espacio no es algo fácil de digerir. De hecho podemos llegar a pasarlo realmente mal. La propia convivencia académica obliga a entablar relaciones con personas que no conocemos de nada y, aunque no lo creamos, es un ensayo de lo que nos depara el futuro laboral. Sabemos de que no siempre vamos a encajar con toda la comunidad, pero esa es la esencia de dar con las personas indicadas para compartir esta experiencia. Todos estos vínculos nos ayudan a hacer más amena nuestra vida estudiantil y muchas de estas amistades se sostienen durante los años posteriores a la universidad. Asimismo, la presión es necesaria para familiarizarnos con el ambiente de trabajo que nos espera el día de mañana.
¿Realmente, son necesarias todas estas circunstancias para lograr una cierta seguridad? La repuesta es sí. Aunque parezca increíble todas las adversidades que superemos el día de hoy darán sus frutos el día de mañana. Aquello que creíamos ser incapaces de realizar, puede llegar a convertirse en nuestra mejor habilidad. Pero claro, todo esto conlleva pasar por situaciones de incomodidad y esfuerzo. Estoy segura de que en un futuro agradeceremos todos los contratiempos que la universidad nos ha brindado.