María Magdalena Fernández pertenece al Departamento de Filología Inglesa en la ULL. Foto: M. Padrón

«Supervisar un texto elaborado por IA no implica que sea más sencillo»

Artes y Humanidades

«Siempre hará falta una traducción humana en textos más creativos, literarios, artísticos o incluso políticos»

María Magdalena Fernández  es intérprete, traductora y docente, graduada en la Universidad de Vigo. En la actualidad, imparte clases de Filología Inglesa en la Universidad de La Laguna (ULL) y es coordinadora académica del Máster en Interpretación de Conferencias. Siempre tuvo muy clara su pasión por los idiomas y el propósito de darle a los mismos una aplicación práctica más allá de la docencia. El desarrollo de recursos en línea parecen estar opacando la actividad en este sector sobre lo que ella afirma que «supervisar un texto elaborado por IA no implica que sea más sencillo».

Con respecto al alcance que esta herramienta tendrá en la profesión «creo que nos va a convertir en revisores de los textos traducidos que produzca», opina. La traducción se basa en trasladar un texto escrito, mientras que la interpretación lo hace de forma oral. Un claro ejemplo son los intérpretes que se encuentran en el Congreso de los Diputados o en la Unión Europea.

Algunas herramientas como ChatGPT , Traductor de Google o DeepL desafían el funcionamiento de empleos lingüísticos por su capacidad para producir resultados de búsqueda en apenas segundos y de manera efectiva. Traducir frases, textos, libros o formular preguntas ahora es accesible para todo el mundo. Aunque explica que «ya se trata de una profesión tecnologizada porque en los medio escritos llevan décadas utilizando memorias de traducción, recursos automatizados que ayudan a traducir o ejercen de diccionarios especializados».

Cuando una traducción realizada con inteligencia artificial no es inspeccionada por nadie, deriva en problema de comprensión, contiene faltas de ortografía o pierde incluso el estilo y tono. «Lo que hace fundamental contar con la supervisión humana para garantizar la calidad, precisión y adecuación cultural de las traducciones», apunta Fernández.

«De nada sirve resistirse a los nuevos cambios, debemos aprovecharlos a nuestro favor»


Por otra parte, explica que «de nada sirve resistirse a los nuevos cambios, debemos aprovecharlos a nuestro favor». Las habilidades para el desempeño de la profesión no varían. Según Fernández, «en el futuro se requerirá cierta proactividad en el uso de la tecnología». Esto implica un trabajo diario con una transición constante y que requiere un contacto continuo con especialistas y asociaciones.

Ademas, destaca que «en la interpretación es muy difícil escuchar a alguien orando en vivo y captar ciertos elementos, por ejemplo las cifras, los nombre propios o acrónimos de organizaciones». En la actualidad se están desarrollando programas que lo muestran en pantalla para servir de ayuda, como es el caso de Smarterp, «un proyecto establecido mediante un software de inteligencia artificial que integra una plataforma con ayudas de este tipo y el alumnado utiliza durante algunos periodos del curso académico», explica.

«Aunque la gente no se lo imagine a priori, es una profesión muy tecnologizada»


El European Masters in Conference Interpreting (EMCI) es un consorcio de másteres europeos en interpretación de conferencias al que pertenece la ULL, entre otras muchas universidades asociadas. Su objetivo es formar mediante la puesta en común de los conocimientos y criterios demandados. «En este programa la IA tiene cabida desde hace tiempo», afirma.

En relación con los aspectos más especializados, añade que «aunque la gente no se lo imagine a priori, es una profesión muy tecnologizada». Los diversos cambios proporcionados por esta herramienta innovadora exigen una clara reflexión: «Queda claro que presenta enormes beneficios, pero también plantea desafíos que requieren un enfoque equilibrado y consciente para explotar su potencial de manera responsable y efectiva».

   

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