José Antonio Rubio estudia Magisterio en Educación Primaria en la Universidad de La Laguna. Esto lo compagina con su profesión como jugador de balonmano en el CB Tejina. En cuanto a los viajes que debe hacer por tema de competición, reconoce que cuando consigue un hueco lo emplea para repasar temario del grado que cursa. Afirma, que al principio todo fue un poco duro, ya que tenía que viajar durante el fin de semana y entrenar martes, jueves y viernes. A pesar de ello, ha conseguido adaptarse a este ritmo de vida.
Prácticamente desde que comenzó el estado de alarma, se puso a realizar entrenamientos diarios para poder sobrellevar esta situación y guardar la forma física. Esto es de suma importancia, pues juega en una agrupación que compite a nivel nacional. Lo que más realiza son sesiones de abdominales y flexiones para mantener, e incluso conseguir, una mayor potencia.
«Espero que las federaciones tomen las medidas más favorables»
El futuro maestro siempre ha querido estar relacionado con el deporte, por ello en un inicio quería estudiar INEF. El problema es que esa carrera no se encuentra en la ULL y no se veía preparado para vivir en otro lugar fuera de su Isla. Otro factor que influyó bastante es el vínculo con su padre, el cual entrenaba a su antiguo equipo y al que cuando podía echaba una mano. Cabe destacar que, dentro de Magisterio, quiere decantarse por la rama de Educación Física.
Sus comienzos fueron a muy temprana edad en el único conjunto que existía en su pueblo, el Arona. Al año siguiente pasó a formar parte del BMLC (Balonmano Los Cristianos), donde se formó hasta los 16 años. Por varios motivos, la escuadra desapareció y se tuvo que ir a Los Realejos, que le sirvió de «enlace» para llegar a su actual plantel, el Tejina. En este momento, se muestra muy feliz en el club porque sigue aprendiendo y disfrutando de su verdadera pasión.
Asimismo, toda esta situación que estamos viviendo ha parado la progresión de José Antonio Rubio, que trata de conservar un plan de ejercicios recomendados por su equipo. Burpees, saltar a la comba, entrenar con pesas y actividades de fuerza son ciertos puntos de su rutina. Además, lleva al día las tareas que mandan los profesores y, en cuanto tiene un descanso, aprovecha para ver series y películas. Todo sin saltarse el confinamiento, que en palabras del balonmanista, «hay muchas personas que no lo entienden todavía». Piensa que este parón va a afectar de manera negativa, puesto que la mayoría de competiciones no se van a finalizar. También menciona que lo importante es la salud de la población y espera que tanto la Federación de Balonmano como las de otras disciplinas se acojan a las decisiones más adecuadas para la sociedad.
«El balonmano es un deporte infravalorado, más aún en las Islas»
Cree que el balonmano está muy poco valorado, sobre todo, en el Archipiélago. Para ello, pone un ejemplo: «Tenemos ocho islas y solo hay cuatro ligas insulares. En la isla en la que más se ve es en Gran Canaria, donde hay muchos más equipos que en el resto». De igual forma, agradece que se vayan creando más planteles en la isla tinerfeña, porque sostiene que no es justo que esta disciplina deportiva se quede en la nada. Sin embargo, critíca que lugares como La Palma o El Hierro no tengan nada de actividad, ya que eso conlleva desplazarse a diferentes islas, lo cual dice que es un gasto de dinero sustancial.
En general, le gusta todo de este deporte. Considera que al ojo del espectador es atractivo y que el buen ambiente con el que cuenta es ejemplar. Por otro lado, anima a la gente a que lo vea y si puede que lo practique: «Estoy seguro que a más de uno le gustaría de verdad». Comenta que él, en su niñez, jugaba a fútbol, tenis y balonmano, pero se decantó por este último debido a que tenía algo que le llamaba mucho y era el que mejor se le daba de los tres. Varias etapas después continúa practicándolo, destaca, con una ilusión semejante a la sus inicios.
Su primer referente fue un entrenador que tuvo cuando era un niño, que se fue a jugar al Puerto de la Cruz, club que en aquel entonces era de los más destacados de Tenerife. Luego, en el ámbito profesional, aprecia a una serie de jugadores como son Luc Abalo, Andy Schmid o Ivano Balic. Señala que estos han sido los que más le han influenciado a lo largo de su formación.
Para concluir, declara que en un futuro se ve en la misma plantilla. Su meta la da por cumplida, ya que revela que desde pequeño había deseado entrar en la categoría en la que está ahora: Primera Nacional. En ella, se ha hecho un hueco.