¿Les viene a la mente el 8 de marzo de 2020? Pues fue la última vez que acudió público, sin medidas restrictivas ni protocolos de pandemia, a un estadio de Primera División. En aquella ocasión, fue en un Benito Villamarín hasta la bandera en el que más de cincuenta mil espectadores pudieron presenciar un Real Betis–Real Madrid. Con toda seguridad, en aquel momento nadie fue consciente del cambio que se avecinaba tanto en el mundo del fútbol como en la vida.
Tuvo que pasar un año y algo más de tres meses para que el Gobierno de España anunciase la vuelta de público a los campos de fútbol. Según ha confirmado será para el inicio de la próxima temporada. Llegadas esas fechas y evaluada la pandemia, serán las comunidades autónomas quienes decidan el porcentaje de aforo que permitirán, aunque ya Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, vaticinó que será una cifra en torno al 70 %.
«Ha crecido el porcentaje de victorias de los equipos visitantes desde el 28 % hasta el 32 %»
Llegados hasta aquí, cabe recordar las consecuencias más claras que ha dejado dentro del fútbol español la ausencia de espectadores. Para empezar, al no tener el aliento de las aficiones, ha desaparecido la ventaja de ser local en un encuentro, ya sea de Liga o Copa. Sin la gente, en Primera División ha crecido el porcentaje de victorias de los equipos visitantes desde el 28 % hasta el 32 %. Además, como es lógico, aumentó tanto el número de goles marcados a domicilio como el número de goles recibidos por los locales.
Y no solo han cambiado las estadísticas en los partidos, sino que también ha desembocado en graves problemas financieros, sobre todo para los clubs más poderosos como Real Madrid, FC Barcelona o Atlético de Madrid, pues han perdido alrededor del 30 % de sus ingresos. Esto ha llevado consigo la bajada de sueldos a todos sus trabajadores (incluido los futbolistas), ventas de jugadores estrella o cambios de objetivos colectivos.
Así que, echando la vista atrás de la Covid-19 y observando todo lo que ha pasado en torno al deporte rey y a los aficionados en las gradas, ¿retornaremos al fútbol de aquel 8 de marzo o ya nada será igual?