«El político intenta influir, pero el periodista hace lo que estima oportuno»

Ciencias Sociales y Jurídicas

«La libertad de expresión no nos da derecho a decir cosas que no son ciertas»


Como el niño que pide cuentos, con ocho años pedía a su madre que le leyera un mismo recorte de periódico a diario. A los trece, comenzó a escribir para una cabecera deportiva. Viajó a Inglaterra a la edad de 24 y con 25 fichó por El País como corresponsal en Londres. Nació en Puerto de la Cruz, estudió Periodismo e Historia en la Universidad de La Laguna y, hasta la fecha,  ha publicado más de una veintena de libros por los que ha sido galardonado en varias ocasiones. En su visita a la Pirámide de Guajara, donde impartió el taller Vale la pena vivir para este oficio, Juan Cruz ha hablado con PERIODISMO ULL sobre la profesión, dando respuesta a la pregunta que tituló la conferencia que ofreció en el mismo edificio: ¿Por qué demonios queremos ser periodistas? 

En un contexto en el que la sociedad ha perdido la confianza en los medios de comunicación y en el que a veces la velocidad de la red está por encima de la rigurosidad de las informaciones, ¿qué tiene que tener  un buen periodista? “Que nada de lo que escriba no se pueda comprobar. Que no haya ninguna suposición y ningún sobreentendido. Que no se permita ninguna duda con respecto a los datos. Todas las afirmaciones tienen que estar comprobadas, esto le da una enorme autoridad al periodista. Por ejemplo, la crónica es una pieza periodística muy delicada, en la que puedes combinar análisis, reportaje, entrevista e interpretación. La crónica periodística es como un edificio, tiene sus cimientos, y si los datos en los que te basas son frágiles y no son correctos, el edificio se derrumba y no sirve de nada el esfuerzo que has hecho en escribirla”.

«Cuantas más dificultades tenga el periodismo de ser financiado, más difícil será que haya buena investigación»


A pesar de esta imagen que se ha creado de los periodistas, en los últimos años muchos entramados desconocidos para la sociedad han salido a la luz gracias al periodismo de datos o al periodismo de investigación. ¿Cree que en España se le da suficiente importancia a esta vertiente del periodismo o se priorizan otros? “Creo que es primordial. La mayor parte de las cuestiones que han salido a la luz en los últimos tiempos, como todos los casos de corrupción, ha sido seguida muy de cerca por periodistas. Han hecho un gran trabajo y hay equipos de investigación muy considerables en los grandes periódicos españoles, pero es muy caro. Cuantas más dificultades tenga el periodismo de ser financiado, más difícil será que haya buenos periodistas de investigación. Además, han estado casi a la par que la justicia, que ha tenido un papel muy importante. No se puede decir, como dice el lugar común, que la justicia no está haciendo nada. La justicia está actuando lentamente porque no puede ajusticiar de un momento para otro. Cualquiera puede decir que solo van a la cárcel los pobres, pero no es verdad, los ricos también van a la cárcel y son sentenciados. Es decir, la justicia es uno de los pilares del estado de derecho y todo el mundo puede acudir a ella».

Cuando observa el periodismo actual, ¿cree que esto se mantiene o se ha ido perdiendo con el tiempo? “El periodismo actual se ha contagiado de la facilidad de publicar aquello que no está comprobado. El periodista ha de cuidar su texto en todos esos extremos, también cuando hace opinión. Lo que ha ocurrido, desde mi punto de vista, es que ahora no importa comprobar o no, porque en Internet se dice lo que uno quiere y nadie demanda al que defrauda, o lo hace muy rara vez”.

«Si no tienes información, si no hablas con la gente y si no escribes bien, el día del periodista no sirve de nada»


¿Cómo definiría el día a día de un periodista? “Al desayuno, información; al mediodía, conversación; y por la noche, escritura. Si no tienes información, si no hablas con la gente y si no escribes bien, el día no sirve de nada”.

En la conferencia afirmó que aprender era una de las mejores cosas que le han ocurrido en la vida, y habló de la importancia de la lectura en este proceso. ¿Qué otros factores considera claves en la formación de un periodista? “Lo básico es la lectura, lo otro básico con mayúsculas es la curiosidad. Es básica también la humildad, que te hace preguntar incluso aquello que te resulta incómodo. Un periodista no sabe nada. Una noticia es siempre una novedad y nuestra actitud ante una noticia debe ser la actitud ante una novedad”.

Estudió en la Universidad de La Laguna y fue miembro fundador de El País, uno de los diarios de referencia a nivel nacional. En muchas ocasiones los jóvenes de las Islas optan por estudiar en la Península porque creen que en Canarias no tendrán las oportunidades laborales suficientes. ¿Considera que estudiar en Canarias es un obstáculo para avanzar en el Periodismo? “No me parece distinta la situación del aprendizaje en las universidades peninsulares que en las universidades canarias. Aprender, por otra parte, no es solo una cuestión de lugar. ‘El saber no ocupa lugar’. Yo creo que aquí hay entusiasmo, hay buenos materiales para trabajar, también humanos. No creo que aquí haya que emigrar para saber. En este tiempo, casi todo lo que está al alcance de un aprendiz en la Península, está aquí igualmente. Por otra parte, yo estudié aquí en la Escuela de Periodismo, que era de una humildad apabullante. Ustedes tienen aquí biblioteca, hemeroteca y sala audiovisual múltiple. Tienen posibilidades de contar con profesores que se dedican exclusivamente a este trabajo. Si hubieran vivido aquella época, hubieran creído que era un milagro que de aquí salieran periodistas”.

«Tú no puedes decir de mí lo que consideres oportuno a no ser que sea relevante, importante y verdadero»


La semana pasada se celebró el Día Mundial de la Libertad de Expresión. ¿Cómo percibe la aplicación de este derecho en la prensa española? “Nosotros debemos celebrar la libertad de expresión teniendo en cuenta que es de todo el mundo, no solo de los periodistas. Es también de aquellos que son investigados o atacados por los periodistas. La libertad de expresión no nos da derecho a decir cosas que no son ciertas. Generalmente creemos que este derecho nos corresponde a nosotros y no tiene cortapisas, pero sí tiene. Tú no puedes decir de mí lo que consideres oportuno a no ser que sea relevante, importante y verdadero. La gente que se escuda en la libertad de expresión para decir lo que estima oportuno sin comprobar las cosas no está haciendo bien su trabajo. La libertad de expresión depende de leyes y depende de responsabilidades éticas que son de observación imprescindible. No es lícito decir de los demás aquello que no hemos comprobado”.

¿Cómo influyen en el día a día de la dirección de un periódico los poderes político y económico? «Intentan influir, pero es natural. El político llama al periódico para que cuide su imagen, pero el periódico puede hacer con esa influencia lo que estime oportuno. Es un juego normal en la sociedad, es la lógica humana: uno quiere vender su producto y el otro decide si lo compra o no. Como decía un gran editor francés: ‘Decir no es también una respuesta’”.

Usted se mueve entre los mundos de la literatura y el periodismo, dos ámbitos que se han desarrollado sobre el papel. ¿Qué futuro le augura a este soporte? ¿Va a morir? “Yo creo que no, pero ni tú ni yo tenemos fuerza para convencer a la gente de que compre los periódicos, de que pague por los periódicos, de que no se conforme con la comunicación que recibe a través de Internet u otros medios de la Red. Cuando eso se consiga, el periodismo volverá a florecer”.

 

 

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