El profesor de la ULL considera esencial la presencia de la filosofía en ESO y Bachillerato. Foto: A. Hernández

Marieta: «Lo que aporta la filosofía lo experimenta el que está dentro»

Artes y Humanidades

La Red Española de Filosofía (REF) publicó este pasado 4 de noviembre un comunicado en donde aboga por la inclusión del consenso acerca de la filosofía en los programas electorales de las recientes elecciones. De igual forma, pide a las fuerzas políticas el mantenimiento del compromiso asumido en la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados en beneficio de la reposición de la asignatura como materia común y obligatoria. El profesor de Filosofia de la ULL Iñaki Marieta Hernández, autor de Tentativas sobre la filosofía griega, subraya al respecto que «un plan de política educativa general no debería considerar a la filosofía como una opción personal».

¿En qué situación se encuentra actualmente la impartición de la filosofía? «Hay una tradición en la sociedad española, vinculada al mundo católico, que no ve la necesidad de la formación en los estudios de filosofía. La sociología católica de España se funda en tesis y conocimientos de orden dogmática que no ve necesaria el desarrollo de la capacidad crítica. No solamente en el ámbito científico, sino en el pensamiento crítico-emancipador».

Con el reciente pacto entre PSOE y Unidas Podemos, ¿tiene nuevas expectativas con respecto a la filosofía? «Deberíamos tenerlas. La propuesta de Unidas Podemos tiene que ser en ese sentido profunda y progresista. Tiene que haber una voluntad de intensificar todo lo que es la formación en el alumnado de Secundaria en dirección a un pensamiento propio y emancipado de los dogmas de cualquier tipo. Es ahí cuando se construye un ciudadano activo».

En el artículo publicado por el REF se insta a que la filosofía sea una asignatura común en el último curso de la ESO y en Bachillerato. ¿Está de acuerdo? «Insisto en que la cuestión de la filosofía es una cuestión mayor. La Europa en la que estamos proviene del mundo grecolatino donde se plantean una serie de cuestiones y problemas que constituyen la diferencia en relación con otras culturas y continentes. Desconocer la historia, la lengua, la evolución de los problemas… te hace un individuo mucho más dependiente de los relatos que te quiera contar cualquiera. Puede parecer exagerado, pero todo esto se puede ofrecer de manera gradual, que el individuo se sienta protagonista de la aventura que para el ser humano puede ser pensar».

«Uno de los mayores estímulos es la capacidad de pensar»


A pesar de todo lo que aporta la filosofía, el comunicado de la REF argumenta que existe un desprecio hacia esta disciplina… «Digamos que todo lo que aporta la filosofía lo experimenta el que está dentro. Para la gente que está fuera, la filosofía es algo restante, no tiene un alcance de utilidad para el día a día. Por otro lado, hay un desprecio debido a que la filosofía plantea más preguntas que respuestas. Pensar puede parecer un trabajo inútil, cuestiones que no te dan un triunfo social. Por eso la filosofía puede convertirte en un bicho raro, una persona que le da vueltas a la cabeza sin concluir en nada».

¿Cree que solo se puede aplicar la filosofía a los jóvenes, quienes comienzan a formarse una opinión, o también a los adultos? «También se puede aplicar a los adultos. Mientras estamos vivos nuestra capacidad pensante está despierta, recibimos estímulos, y uno de esos mayores estímulos es la oportunidad de pensar, de argumentar. Eso sí, cuanto mayor es uno más prejuicios tiene y más esclerótico se convierte su pensar».

¿Hay suficiente divulgación filosófica en la sociedad? «En absoluto. Se presenta como si fuese algo de eruditos, de gente muy intelectual, algo aburrido, trabajoso. Eso no te hace visible socialmente».

¿Considera que la sociedad ha desprestigiado su trabajo al decir que pertenece al ámbito de la filosofía? «Bueno… Puedes hablar con algunas personas a las que les interesa el tema, pero mucha gente lo que te devuelve es ‘no me comas el coco, que ustedes los filósofos están locos’. Ahí entras en una especie de burbuja de respeto a través de la locura».

 

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