El Búho Club La Laguna acogió ayer el concierto de dos jóvenes artistas. Lucía Sweeran y Danhy Lobato fueron los protagonistas de una velada en la que se fusionó la música y la poesía. Ambos, estudiantes de la Universidad de La Laguna, hicieron estremecer al son de sus canciones y poemas a los espectadores que llenaron el local lagunero hasta las 22.30 horas.
A las 20.30 horas, daba comienzo el espectáculo con varios teloneros invitados. Canciones propias y otras más conocidas sonaron de la mano de Aythami Baute, Tori Ferrer y Eric Pérez. A continuación, subió al escenario Danhy Lobato acompañado de Fran Gutiérrez, el pianista. «No va a ser un concierto exactamente porque, como saben, llevo tanto tiempo en la música como en la poesía. Y por eso es que quiero dedicarlo a la poesía», e iniciaron la función recitando un pequeño poema con una dulce sintonía de piano que resonaba de fondo. “Mi objetivo es cambiar el panorama, salir de lo comercial e inculcar una forma de contar las cosas fuera de lo convencional”. Tras esta introducción, pronunció otros dos poemas: Oscura diafanía y Hemistiquio de un demente, antes de dar paso a la protagonista de la noche
Café frío, no quiero que vuelvas y mantra en verso, el postre de la velada
Entre ánimos y aplausos por parte de sus seres más queridos, Lucía Sweeran subió al escenario junto a su fiel compañera, la guitarra. Café frío y No quiero que vuelvas fueron dos de las canciones propias con las que comenzó su interpretación en el espacio del Búho Club. Seguidamente, entonó Nunca entendiste una melodía que, según explicó, «habla de amor plagado de misoginia”. Un tema que ella definió como su “grito de ayuda».
La noche siguió. Paula, la ganadora del concurso creado por los jóvenes artistas a través de las redes sociales, se dispuso a subir para hacer sonar, junto al pianista, un pequeño fragmento de una canción. Al finalizar, Lobato, que se encontraba entre bastidores, salió en pijama y con un peluche para representar el siguiente verso que recitó, Poema para un niño que ha crecido, seguido de Aún te quiero y Esperanza.
La última intervención de Lucía estuvo marcada por lo que ella consideró “la parte feliz” de su actuación. Así, versionó Jesucristo García, del grupo español Extremoduro, y continuó con Primavera, Si no eres tú y, para finalizar, el éxito de Jarabe de Palo La flaca, junto a una de sus mejores amigas al bajo.
«A quienes valoran la cultura musical les quiero dar las gracias», fueron las últimas palabras, acompañadas de unas estrofas del poema Mantra en verso, de Danhy Lobato. Con ellas, se puso fin a una noche donde la poesía y la música fueron uno.
Una coincidencia que les llevó a compartir escenario
Lucía y Danhy, se conocieron hace dos años, y la casualidad les hizo coincidir en la noche de ayer. Él, estudiante de Administración y Dirección de Empresa de la Universidad de La Laguna, confesó que en realidad, se llamaba Julio y que su nombre artístico estaba marcado por su parte oscura y sus sentimientos. Asimismo, confirmó en una pequeña entrevista para PERIODISMO ULL que lleva 9 años en la música pero que “lo que realmente le gustó a la gente era la poesía con la que empecé hace dos años. Comencé a escribir por desahogo, y en esa época había sufrido la pérdida física de mi pareja sumado a otras cosas”, aseveró.
Lucía Sweeran, también estudiante de la ULL en el Grado de Psicología, complementa sus estudios con los de Conservatorio, donde lleva ya cinco años. Su nombre artístico es la mezcla de los apellidos de dos cantantes famosos: Ed Sheeran y Taylor Swift. Además, reveló a nuestro periódico que “escribir es quitarme todo lo que llevo dentro y poder enseñárselo a los demás y, cuando los demás lo sienten, eso me llena y me hace feliz. Por eso seguí y pretendo continuar en esto”, explicó.