Lizzo llevaba casi una década haciendo música pero no tuvo repercusión hasta 2019. Foto: PULL

Lizzo y el camino hacia el amor propio

Opinión

La cantante y rapera Lizzo consiguió el mayor número de nominaciones en los Grammys de este año. Su música aborda estilos como el hip-hop, R&B y un aire de Góspel que consiguen que escucharla se convierta en una experiencia religiosa. Su álbum Cuz I Love You ha sido uno de los discos más aclamados del año 2019 tanto por los fans como la crítica. Sin embargo, lo que esta artista afroamericana representa no consiste simplemente en música. Lizzo pone cara a un movimiento revolucionario y lo hace mostrándose al planeta rompiendo toda expectativa.

Tuve la oportunidad de descubrir a la artista cuando su canción Good As Hell vio la luz en el año 2016. Sorprende que, en ese tiempo, no se hubiese imaginado que dominaría las alfombras rojas y escenarios de los mayores premios de la música tiempo después. Ese verano tenía 15 años y no sabía el impacto que tendría el mensaje de esta nativa de Detroit en mi vida. La energía que desprendía, iba a marcar mi lucha diaria para mantener en pie mi auto-confianza que, como una adolescente, era una tarea bastante difícil.

Al nacer mujer te enfrentas a un mundo en el que, a pesar de que poco a poco se produzcan cambios, se aprovecha de tus imperfecciones para comercializar la solución a tus inseguridades (por no hablar de las múltiples barreras, a penas visibles, impuestas por una civilización misógina). Lizzo entró en escena como una mujer fuerte a enseñarnos que no pueden decirnos como vivir nuestra vida, al ritmo de Like a Girl y bailando twerk mientras toca la flauta travesera.

Hasta el momento en que redescubrí a esta autodenominada band geek, era fácil auto convencerme de que podía recuperar la positividad haciendo un poco de self-care. Solo lo típico, una rutina de cuidado facial de más de diez pasos y usando veinte tipos de productos diferentes. Solo entonces estaría de buen humor tras un día agotador. El sistema, Gwyneth Paltrow y una infinidad de influencers me habían enseñado que el amor propio tiene precio.

Pero mi capacidad de sobrevivir ocultando mis emociones llegaba a sus límites y Truth Hurts llegó a mi vida obligándome a dar un giro de 180 grados. De repente una cantante, rapera y flautista comienza a decir abiertamente que no le importaba lo que pensaran. Que iba a reír, llorar, gritar y amarse a sí misma porque antes que cualquier otra persona, ella era su prioridad y que si ella brillaba los demás también podían brillar. Apareció para demostrar que cuidarse a uno mismo supone mucho más que hacer algo que te haga sentir bien por un corto periodo de tiempo.

«El hecho de que la cantante y rapera cause controversia significa que aún no hemos avanzado lo suficiente»

Nadie me había instruido en que para encajar con la definición de 100 % that chick, hablando con algo de propiedad, hay que ser vulnerable y llevar una relación sana y abierta con los sentimientos. Como muchas mujeres, creía que no estaría siendo una mujer empoderada si manifiesto lo que siento, pensarían que soy una dramática. La sociedad, por otra parte, me ha convencido a no celebrar demasiado mis logros, sean grandes o pequeños ya que debemos tener modestia.

El hecho de que Lizzo cause controversia cada vez que viste de forma extravagante y luce su cuerpo no normativo en redes sociales y en público, provocando acusaciones por promover un estilo de vida no saludable, significa que aún no hemos avanzado lo suficiente. Hacen falta más personas como ella para hacernos ver que hay cosas más importantes que las apariencias y que el secreto para ser feliz no se encuentra en frases de Mr. Wonderful, sino en convivir con lo que sentimos y enfrentarnos a los valores injustos que tenemos interiorizado, como dijo la cantante para Rolling Stone, «No se puede vivir la vida tratando de ser diferente».

La nueva generación de mujeres artistas e influyentes, espero, ha llegado para quedarse, para mostrarnos que podemos ser dueñas de nosotras mismas, que los prejuicios han pasado de moda y que ahora, y siempre, lo que se lleva es cantar a todo pulmón que eres tu propia soulmate (alma gemela).

 

 

 

 

 

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