La ULL y el IAC investigan el calor de las ondas magnéticas en el sol

Ciencias

Un equipo internacional, liderado por la Queen University de Belfast y en el que participan investigadores de la ULL y del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) estudia cómo las ondas magnéticas que se propagan por la atmósfera solar calientan sus capas más externas. Los resultados de esta investigación han sido publicados a principios de marzo en la revista Nature Physics. La indagación utiliza observaciones de alta resolución obtenidas en el telescopio Dunn Solar Telescope, de Nuevo México, complementadas con datos del observatorio espacial Solar Dynamics Observatory de la NASA. Estas regiones albergan campos más intensos que los que se dan en las máquinas de resonancia magnética y tienen tamaños mayores que nuestro planeta.

En 1942, el físico e ingeniero sueco Hannes Alfvén predijo la existencia de un nuevo tipo de ondas, llamadas Alfvén, debidas al magnetismo actuando sobre un plasma, lo que le llevó a obtener el Premio Nobel de Física en 1970. Desde su predicción, han estado asociadas con una variedad de fuentes, incluyendo reactores nucleares, la nube de gas que envuelve a los cometas, experimentos de laboratorio, diagnóstico médico por resonancia magnética y también la atmósfera del Sol. Precisamente aquí, en la turbulenta atmósfera solar, con temperaturas que llegan a alcanzar millones de grados, se ha propuesto que estas pueden estar jugando un papel importante para mantener tan elevadas temperaturas.

De forma similar a las olas del mar, se piensa que se propagan hacia arriba desde la superficie solar hasta “romper” en las capas más altas, liberando allí enormes cantidades de energía en forma de calor. En los últimos 10 años se ha demostrado su existencia en la atmósfera solar. Sin embargo, hasta la fecha no se había tenido evidencia directa concluyente.

El equipo está compuesto por especialistas en diferentes aspectos. Desde observaciones hasta técnicas de análisis, pasando por simulaciones por ordenador y transporte de radiación. La contribución del IAC ha consistido en el análisis de los perfiles espectrales producidos por los átomos de calcio ionizado, cuya huella en la luz observada permite determinar las condiciones físicas existentes en las capas altas de la atmósfera así como seguir su variación con el tiempo.

Como explica el investigador de la ULL y el IAC y coautor del artículo, Héctor Socas-Navarro, “este análisis se basa en complejos cálculos con superordenadores sobre cómo estos átomos responden a la radiación y dejan su firma en las propiedades de la luz que nos llega, aspectos en los que el grupo del IAC es considerado puntero a nivel internacional”.

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