En la naturaleza todo parece tener su sentido intrínseco. Todo existe por una razón y las diversas especies conviven en armonía. Sin embargo, hay una especie que parece no encontrar la forma de encajar en ese complejo engranaje que es la naturaleza. Su historial de intentos de convivencia está plagado de errores y negligencias, algunos de tal calibre que sus consecuencias continúan, hoy en día, afectando al planeta. Y sí, por si aún no lo habías adivinado, me refiero al ser humano.
Obviamente no está bien eso de generalizar, pero hay que admitir que como conjunto hemos sido y somos un desastre de especie. Tropezamos con la misma piedra dos veces (a veces incluso más) y estamos dejando una huella de nuestra existencia que probablemente nunca desaparezca.
Llenamos los mares de plástico, los cielos de gases tóxicos y la tierra de más basura. Muchos de nuestros políticos no creen que el cambio climático sea algo más allá de una leyenda urbana, una mentirijilla de los ecologistas para descalabrar al mundo entero y al status quo en el que tan confortablemente viven. Habilitamos vertederos de dimensiones cada vez más mastodónticas, sin percatarnos de que vivimos, literalmente, entre basura. La respiramos, la comemos, pero solo al verla en gigantescos montones es cuando reparamos en que algo falla.
Sí, algo falla. Los océanos albergan cada vez más habitantes indeseables, unos conocidos bajo el nombre de residuos y que, poco a poco, están conquistando el hogar de miles de animales. Los glaciares se derriten. La supervivencia de cientos de especies peligra y muchas ya han abandonado categóricamente este mundo.
Y aún así, después de todo, nos extrañamos cuando al montar y desmontar las piezas de ese puzzle con forma de globo, no parece haber manera de encajar la nuestra. Y la intentamos colocar y ajustar de cualquier modo, tratando de integrarla en ese rompecabezas que se resquebraja inexorablemente. Quizás esa no sea la pieza correcta, quizás haya que buscar otra. O quizás debamos ir preparando ya las maletas para mudarnos a Marte.
