La compañía teatral canaria Espíritus de sal presentó la mañana de ayer La fábrica de nubes, un nuevo trabajo destinado a entretener y educar a los más pequeños. El espectáculo se estrenó en el Teatro Guimerá, donde se dieron cita más de 900 escolares de doce centros de la Isla. Se dividió en dos funciones, una a las 10.00 horas y otra a las 11.30 horas. Los niños de entre seis y diez años pudieron disfrutar junto con algunos adultos de una hora de producción por un precio de tres euros.
La obra de Luis Javier López estuvo protagonizada por Luci, Pelusa y Roco, tres personajes que hacen referencia a tres elementos de la naturaleza: fuego, aire y tierra, respectivamente. Estos buscan desesperadamente a su amiga Gluglú, la cual simboliza el agua. Mientras están realizando la búsqueda, descubren la historia de una niña que va a la caza de una nube para su aldea africana, para ello, deberá pasar algunas aventuras con el Oso Ramiro, Serpentina la serpiente y el Duende de la Lluvia.
La puesta en escena destacó por ser minimalista. En las tablas sólo se encontraba un poste con indicaciones de lugares utilizado como paragüero y tres baúles que iban cambiando su estampado a lo largo de la función. Los protagonistas presentaron marionetas para hacer más dinámica la exhibición, demostrando que, en ocasiones, menos es más. Las canciones amenizaron el momento, haciendo de hilo conductor entre las escenas. La música clásica destacó en la selección melódica, la cual fue introducida con partituras propias de Nisamar Díaz.
El dinamismo, la diversión y la interactividad con el público marcaron las pautas de la creación, haciendo que los asistentes participasen de forma constante y mantuviesen su atención en el escenario. El objetivo, además de deleitar, fue instruir a los niños con valores responsables, lanzando un potente mensaje a favor de la naturaleza y el medio ambiente. “Debemos cuidar a los animales” y ”La naturaleza nos necesita” son sólo algunos de los encargos que quisieron transmitir.