Miguel Molina fue docente en la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna durante más de cuarenta años. Además, su formación se centra en el comportamiento y la fisiología de los animales. En 2012 funda, con varias personas expertas en la rama de Biología, la Asociación Bienestar Ambiental (ABIA). En ese mismo año, Molina se convierte en el presidente y comienza a desempeñar varias funciones relacionadas con la organización y administración de la entidad. Asimismo, participa en algunas tareas específicas o proyectos relacionados con la conservación de los lagartos canarios en peligros de extinción.
¿Cómo surge la idea de fundar ABIA? «Antes de que me retirara de la universidad, tres personas expertas en Biología: Paula Sánchez, Marta Bórquez y yo pensamos que era correcto participar en actividades, que tuvieran lugar fuera de la universidad, relacionadas con la promoción, divulgación y la investigación sobre la agrobiología y la conservación de especies en peligro de extinción. Es por ello que, a partir de ahí, comenzamos con la creación de la asociación».
¿Por qué ABIA es el nombre de la entidad? «ABIA es la sigla de la Asociación Bienestar Ambiental. ¿Por qué bienestar y ambiental? Aunque suene un nombre un poco pomposo, pensamos que el ambiente es un requisito fundamental para los seres humanos como para otras especies vegetales y animales. Por tanto, debemos conseguir, de manera colectiva, que el ambiente se mantenga lo mejor posible. Además, la palabra bienestar engloba todo lo que es ambiente, es decir, estamos incluyendo a los animales, plantas y personas. Por eso pensamos que sería un nombre adecuado para la entidad».
¿Qué objetivo tiene la asociación? «Sobre todo, formar. Ahora mismo todos los proyectos que se han llevado a cabo están enfocados a la formación de individuos que están en situaciones complicadas. Por ejemplo, que padezcan alguna discapacidad o se encuentren en exclusión social. ABIA intenta ofrecer formación básica en agrobiología y comercio, entre otras, para que las personas puedan adquirir habilidades y les permita con mayor facilidad conseguir un empleo. De hecho, algunos individuos han sido contratados en algunas empresas de Tenerife. En definitiva, el objetivo fundamental es formar y divulgar conocimiento».
«La entidad trabaja con personas con discapacidad o que están en situaciones de exclusión social, pero está abierto a cualquier individuo»
¿A qué personas van dirigidas las funciones de ABIA? «En general van enfocadas a cualquier participante que esté interesado en nuestros temas. Normalmente, la entidad trabaja con personas con discapacidad o que están en situaciones de exclusión social, pero está abierto a cualquier individuo que quiera formarse en asuntos relacionados con el medioambiente».
¿Qué clase de actividades suelen realizar? «Realizamos varios tipos de actividades e incluso enseñamos a leer y a escribir a las personas que tengan dificultades. Además, ofrecemos formación básica en agrobiología y respeto al medioambiente. Organizamos excursiones para que los individuos conozcan el medio natural y, en ocasiones, damos charlas. Cabe destacar que también asesoramos en los planes de conservación de las especies de lagartos gigantes de la Gomera y El Hierro».
¿Cuántos individuos suelen acudir a la asociación? «En total unas cien personas. En estos últimos años hemos aceptado a alumnado que está realizando sus prácticas exteriores en relación con el medioambiente y el comercio. No solo hemos acogido a estudiantado de Tenerife, sino también de otros países como Francia».
¿Por qué es importante la ecología para la entidad? «Desde que yo era joven se viene hablando de la importancia del medioambiente. La ecología es un término científico que no hay que confundirlo con ser ecologista. Por tanto, la ecología estudia la relación que existe entre los seres vivos, es decir, plantas y animales, y si se altera en una proporción suficiente, da lugar a serios problemas como la pérdida de especies, contaminación, deforestación, etc. Sin embargo, ser ecologista hace referencia a las personas que tienen unas preocupaciones generales sobre el ambiente.
¿Alguna institución colabora con ABIA? «Sí. Además, estamos agradecidos con la ULL, específicamente a la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería, Sección de Ingeniería Agraria, porque nos cede un terreno en sus instalaciones para realizar labores de agricultura ecológica con los sujetos de nuestros cursos y proyectos. También, la Dirección General de Juventud del Gobierno de Canarias permite el uso de sus terrenos para realizar actividades».
