Los Sabandeños actuarán en Santa Cruz de Tenerife por el Día de Canarias. Foto: P. Herrera

Israel Espino: «Hacemos música para emocionar a nuestro público»

Música

Israel Espino ingresó en Los Sabandeños en el año 2010 y desde hace dos años se encuentra al frente de su dirección musical. El tinerfeño admite la presión que conlleva ser la cabeza visible de la banda por las expectativas que generan, pero no rehúye la responsabilidad y trabaja para ofrecer productos renovados y coordinar el grupo humano. Por ello, antes que director prefiere considerarse gestor de emociones de un colectivo que recorrerá este verano el Archipiélago, casi sin descanso, para ofrecer sus melodías y tradiciones.

Desaparecen las restricciones y vuelven las fiestas populares a los pueblos canarios. ¿Cómo afrontan esta etapa? «Con una agenda muy apretada. Pasamos de tenerlo todo vacío durante estos dos años a que en el último mes con la suspensión de las limitaciones sanitarias surjan muchísimas actuaciones por la geografía canaria. Tenemos mucha ilusión de retomar la actividad y encontrarnos con el público. Hacemos música para emocionar y para ello necesitamos del público. Durante el confinamiento hicimos varias actuaciones en streaming y fue un sinsentido porque no puedes cantarle a una butaca vacía».

¿Nota que la juventud han perdido el contacto con la música tradicional canaria?  «Es otra época, pero sigue habiendo interés por el folclore y gozamos de una buena salud de colectivos musicales, sin ir más lejos en La Laguna hay 64 agrupaciones folclóricas, aunque es cierto que en su mayoría están formados por personas adultas. Estamos en la época de la inmediatez y tocar un instrumento como la bandurria o el laúd no se aprende rápido. No existe la conciencia del sacrificio de dedicar nuestro tiempo y acabamos en plataformas que nos ofrecen música al instante. Además, ya no se ve tanta música en los medios que siempre han sido un gran escaparate para nosotros».

¿Qué se debe hacer para volver a acercar la música tradicional canaria a la juventud? «Existen proyectos muy bonitos en colegios y en la Universidad que han acabado quedando en nada, y ahí es donde hay que incidir y enseñar pronto nuestra identidad musical. Al no ser visiblemente político no tienen el apoyo que merecen por las instituciones. Se debe surtir de recursos a los docentes para que se magnifiquen los eventos del Día de Canarias, aunque debe ser un objetivo que no sea solo algo de la semana previa, sino durante todo el curso”

¿Qué podemos esperar de la actuación que preparan para el Día de Canarias en la capital tinerfeña? «La intención es ofrecer algo novedoso y un repertorio ajustado a la significación de la fecha. Existen varias propuestas sin definir que aún no puedo desvelar, pero queremos que muestren qué significa esta efemérides para Los Sabandeños. Una de las ideas es realizar un recorrido por los temas más importantes del grupo para crear una muestra en la que convivan los éxitos con las nuevas melodías”.

«Es una gran responsabilidad ser director musical de Los Sabandeños»


¿Cómo se vive ser director musical de una banda con más de 50 años de trayectoria como Los Sabandeños?  «Hablamos de un grupo emblemático con muchos discos editados que han sido Oro y Platino. Revolucionaron la forma de ver un folclore, que antes se hacía mucho más simple y sin muchas voces, mientras que ellos armonizaron las melodías tradicionales de las Islas. Asimismo, fueron los impulsores en cantar y tocar canciones del resto del Archipiélago. Es una gran responsabilidad porque todo el mundo siempre espera muchísimo de Los Sabandeños.»

¿Qué fue lo que más le atrajo de la música popular canaria? ¿Y de Los Sabandeños? «Siempre fueron referentes para mí, pero nunca fue una aspiración ingresar. De pequeño tenía un timple desafinado con cuatro cuerdas, mi abuela me vestía con un batín y me ponía a dirigir a Los Sabandeños a través de una cinta. En mi casa siempre se escuchó mucha música canaria, por lo que lo he vivido desde la cuna».

¿Cómo llegó a la música folclórica? «Un amigo me invita a ir a un grupo a La Orotava, al llegar allí empiezo a adentrarme en el folclore. Tras entrar en diversas agrupaciones, llegando a dirigirlas, coincido con Benito Cabrera en la Orquesta de Timple de Canarias en un momento en el que yo estaba en la Parranda de Cantadores con José Manuel y Olga Ramos o Melquiades Cruz. Por motivos laborales, dejé la corporación y Cabrera me propuso un puesto de tenor en Los Sabandeños. Lo que empezó por casualidad terminó conmigo, tras muchos años, como su director musical».

 

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