Cada 28 de septiembre se conmemora el Día Internacional por los Derechos Sexuales y Reproductivos y la Despenalización del Aborto. Noelia Hernández es psicóloga y sexóloga con formación en igualdad, género y sexualidad, además forma parte del proyecto Consexus, dedicado a la prevención de violencias para jóvenes a través de la educación sexual. La experta asegura que la celebración de este día supone una oportunidad para «poner sobre la mesa los derechos sexuales y reproductivos», además de «tomar conciencia de su importancia».
¿Por qué es importante conmemorar el Día Internacional por los Derechos Sexuales y Reproductivos? «Porque hay que recordar que tenemos esos derechos. Es un momento para visibilizar e informar. Para que la gente conozca cuáles son los derechos sexuales y reproductivos y, sobre todo, para que se tome conciencia de la importancia que estos tienen, que están al mismo nivel que cualquier otro derecho básico. Es un derecho universal. Naces y automáticamente tienes tus derechos sexuales y reproductivos, que no solo están relacionados con la reproducción. Abarcan más cosas porque la sexualidad es mucho más amplia. Es importante crear un espacio que permite acoger foros a nivel político, social, cultural… donde se hable del impacto que tienen en la vida de las personas cuando no se respetan».
¿Qué se entiende por derechos sexuales y reproductivos? «Son todos aquellos derechos que protegen a las personas para vivir una sexualidad sana, positiva y segura. Entre ellos está el derecho a la educación sexual, el derecho a expresar libremente tu identidad de género y tu orientación sexual, el acceso a recursos de información y de atención… Cuando lees los derechos, te das cuenta de que tienen un enfoque muy amplio. La sexualidad es algo integral, que atraviesan todos los seres humanos. Es inherente a las personas. Nacemos con ella y nos morimos con ella. Está siempre presente y cada persona expresa, manifiesta, vive, siente y disfruta o no de su sexualidad de una manera u otra. Es mucho más que sexo».
«Hay un gran avance, pero debemos seguir trabajando»
¿Cuál es la situación actual de los derechos sexuales y reproductivos en España? «Hay dos visiones. Por un lado, estamos en un momento dulce porque la normativa estatal, amparada por una normativa internacional, es bastante progresista. España es de los países más avanzados en derechos sexuales y reproductivos. Cada vez hay menos limitaciones, pero la normativa no es perfecta. Es avanzada, pero poco a poco se irá mejorando. Por otro lado, sigue habiendo mucha homofobia, LGTBIfobia, las personas bisexuales siguen estando invisibilizadas, sigue habiendo violencia explícita hacia personas LGTBI… Hay un avance importante, pero se tiene que seguir trabajando. España está a la cabeza en los derechos sexuales y reproductivos, pero no significa que haya que sentarse y descansar. Debemos seguir reivindicando, trabajando, visibilizando y dando herramientas».
¿La educación sexual influye en la manera en la que ve el aborto? «Yo creo que sí. El tabú del aborto, el no reconocer el aborto como un derecho que permita a la persona que decide abortar decidir también sobre su cuerpo está cargado de valores religiosos y sociales que se tiñen de ese modelo de sexualidad cerrado, rígido y normativo. Tener información de los derechos sexuales y reproductivos e información real, veraz, certera, sin tabús, clara, objetiva y científica sobre la interrupción voluntaria del embarazo dota de herramientas para poder llegar de manera más fácil a conocer qué es el derecho al aborto, que implica el derecho a decidir sobre tu cuerpo y tu vida. En España, la falta de educación sexual limita entender que el derecho a abortar es mucho más amplio que decidir o no si quieres interrumpir un embarazo».
«La situación del aborto en España es bastante dulce»
¿Considera que en España se debe actualizar la legislación sobre el aborto? «La situación legal del aborto en España es bastante buena. Con la revisión de la ley del aborto, además de las bajas laborales, del acceso gratuito a la píldora del día después y la educación sexual para incluir la educación menstrual, se incluyen aspectos que suponen avances, por ejemplo, ya no es necesario que las mujeres de entre 16 y 18 años o con discapacidad, independientemente de su edad, necesiten el consentimiento familiar para abortar. Así, se les reconoce su pleno derecho de decidir sobre su cuerpo. Tampoco hay un período de reflexión de dos días, que era una forma de culpabilizar y cuestionar la decisión. La revisión incluye el acceso gratuito y libre desde la sanidad pública. La mayoría de abortos se producían en clínicas privadas. La idea es que se pueda acudir a un hospital público y que no suponga dinero porque si lo supone discriminamos a quienes no tienen los recursos económicos suficientes».
A tenor de los recientes casos de menores que cometen agresiones sexuales, ¿por qué la educación sexual y los derechos sexuales y reproductivos siguen siendo los grandes olvidados del sistema educativo? «Por todo el tabú y los prejuicios que hay en torno a la sexualidad. Es la herencia que tenemos de muchísimos factores como los que dejó la represión vivida durante la dictadura o el patriarcado que fomenta que hombres y mujeres construyan sexualidades diferentes, desde la posición de control o sumisión, por ejemplo. Hay muchos elementos que dificultan que se asuma la educación sexual como la herramienta principal para hacer una prevención real de violencias sexuales, embarazos no planificados, ITS, LGTBIfobia… Todo eso debe acompañarse de la construcción de una sexualidad sana, positiva, respetuosa, libre e igualitaria».
«Las realidades son infinitas y hay muchas que se nos escapan»
¿Qué medidas se deben tomar para visibilizar aspectos como los derechos que se conmemoran cada 28 de septiembre? «Informar, educar, visibilizar, construir, ofrecer espacios y foros seguros donde poder recibir información y cuestionar. Todo eso se traduce en formaciones como talleres, jornadas o cursos. La parte de sensibilización se puede hacer a través de campañas. Hay que tener en cuenta otras vías como las redes sociales que, hoy en día, son un punto contundente. Son un espacio de educación sexual que debemos ocupar para compensar. Es importante mostrar situaciones y realidades, por ejemplo, con el tema del aborto».
Teniendo en cuenta las consecuencias negativas que tiene para una mujer que el aborto no sea legal, ya que, de alguna forma, las empujan a abortar por vías peligrosas y poco seguras, ¿qué podemos hacer para ayudar a las mujeres que se encuentran en un país en el que el aborto no es legal? «Apoyar, visibilizar y compartir. No enjuiciar desde nuestra situación de privilegio porque al final somos mujeres europeas con acceso a recursos informativos y materiales. Hay países en los que la sanidad pública no existe. Si una mujer pobre no tiene acceso para costearlo hará, quizá, lo impensable para conseguir los recursos. No tenemos que cuestionar. Debemos tener cuidado con los discursos desde nuestra posición. Podemos compartir y visibilizar desde el respeto porque las realidades son infinitas y se nos escapan muchas que desconocemos».