Virus de la familia de los Orthopoxvirus
La Organización Mundial de la Salud asegura que el brote de viruela símica es controlable, puesto que el riesgo de contagio es bajo. Foto: PULL

España, entre los países con más incidencia de viruela símica

Ciencias de la Salud

La viruela del mono es una enfermedad zoonótica que se transmite de animales a personas. También existe un modo de propagación secundario entre seres humanos. Durante los últimos años, los casos diagnosticados han aumentado, por lo que es considerada una enfermedad emergente. En el último mes se han detectado decenas de casos de viruela símica en Europa y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), España es el país que ha notificado más contagios, seguido de Portugal y Reino Unido. Canarias fue la primera autonomía que alertó de casos sospechosos de infección por el virus en nuestro país junto con la Comunidad de Madrid.

Esta enfermedad está causada por el virus de la viruela, perteneciente al grupo de los Orthopoxvirus, y tiene carácter endémico, por lo que afecta permanentemente, o en determinados períodos, a la población de una región. Se identificó por primera vez en el año 1958 en un grupo de primates en África. Años más tarde se comenzaron a detectar casos en humanos debido a la manipulación de animales salvajes como roedores y simios, que actúan como reservorio natural del virus.

Esta enfermedad causa síntomas similares a los que presentaban las personas que padecían la viruela en el pasado, y se da principalmente en zonas de África central y occidental, cercanas a las selvas tropicales. El periodo de incubación de la viruela del mono suele ser de seis a dieciséis días. Durante los cinco primeros días de la infección tiene lugar el periodo de invasión, caracterizado por fiebre, cefalea intensa, inflamación de los ganglios linfáticos, falta de energía y dolor muscular.

Jacob Lorenzo, director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, señala que «tras el inicio de los síntomas aparecen los exantemas, que son pústulas o ampollas». Las zonas más afectadas por estas lesiones son el rostro y las extremidades, aunque en los casos diagnosticados en la actualidad se ha detectado su aparición en los genitales y la zona del pubis.

«El virus se transmite de animales a personas, aunque en los casos actuales se ha detectado transmisión entre seres humanos»


El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) asegura que la viruela del mono no se propaga con facilidad entre personas, por lo que la transmisión entre estas se produce gracias al contacto estrecho y prolongado, tanto cara a cara como con material infeccioso de las lesiones cutáneas de quien padece la enfermedad. «La infección se produce por contacto directo con un animal o persona infectada, a través de fluidos corporales, como saliva, sangre o semen», indica el doctor en Biología.

Su diagnóstico se puede llevar a cabo por sintomatología compatible en clínica o mediante una PCR a tiempo real, así como también a través de pruebas de laboratorio como la serología o la secuenciación. En caso de sospecha se debe obtener una muestra adecuada procedente preferiblemente de las lesiones, aunque también se pueden utilizar muestras de sangre.

«Se recomienda tomar medidas preventivas para evitar contraer la enfermedad debido a que aún no hay una cura»


No existen tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus de la viruela símica, aunque se pueden controlar los brotes. Hay algunos antivirales que pueden emplearse, sin embargo el tratamiento suele ser de carácter paliativo, para suavizar los síntomas. La vacunación antivariólica previa puede contribuir a que la evolución de la enfermedad sea más leve, pero se suspendió su producción tras la erradicación mundial de la viruela, por lo que no es accesible al público. Sin embargo, la vacuna de la viruela parece funcionar parcialmente frente a este virus.

A pesar de no haber ningún tratamiento para curar la enfermedad, existen diversos métodos para prevenir el contagio de la misma. «Para evitar la transmisión del virus hay que evitar acciones de riesgo como el contacto directo con animales que puedan actuar de reservorio, con personas sospechosas de infección o con fluidos corporales», asegura Jacob Lorenzo.

La OMS afirma que la única manera de reducir la infección en las personas es la sensibilización sobre los factores de riesgo y la educación referente a reducir la exposición al virus. En primer lugar, se deben tomar medidas para minimizar el riesgo de transmisión de los animales a las personas, limitando el contacto con animales salvajes y cocinar correctamente su carne antes del consumo. Además, se recomienda el uso de guantes y ropa protectora adecuada al estar en contacto con personas o animales infectados.

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