Si existe un término que acapara todos los titulares es el coronavirus. La pandemia ha cambiado nuestras vidas, pues la población de países como España, Francia o Italia permanece confinada en sus casas ante el temor de que la enfermedad del COVID-19 se pueda expandir. Es precisamente en el país transalpino donde la situación es más grave. Muy próxima a las grandes zonas afectadas (Milán o Bérgamo) se encuentra Turín, la ciudad que ha elegido la tinerfeña Irene Abreu, estudiante de Periodismo en la ULL, para realizar el programa de movilidad Erasmus+.
¿Cómo vives la pandemia del coronavirus tan cerca de Lombardía? «La situación ha cambiado bastante. Al principio, y a pesar de todo lo que se habló en la prensa española, la situación no estaba tan mal como la pintaban. Se habló de desabastecimientos en supermercados, histeria colectiva y poca gente en la calle que, además, iban con mascarillas. Todo esto no ocurrió en el momento en el que se dijo. La gente estaba muy tranquila, seguían haciendo su vida normal y las terrazas seguían llenas de italianos disfrutando del aperitivo. Es por eso que no entendíamos por qué nuestros familiares estaban tan alarmados».
¿Y cómo está la situación ahora? «Con el nuevo decreto, las cosas sí que son diferentes. Empezaron cancelándonos los vuelos desde Milán y ya han cancelado todos los que teníamos planeados. Turín está desierta. No se ve a gente en la calle. La ciudadanía italiana está concienciada. Y como ahora en España, la Policía controla para que la gente cumpla las medidas impuestas por el Gobierno. Se pide que solo se salga de uno en uno de casa y para aquello que sea necesario. Estamos intentando hacer esta cuarentena más llevadera. Todas las tardes a las seis salimos al balcón a cantar para entretenernos y dar compañía a las personas que puedan sentirse solas».
«Las clases están suspendidas hasta el 3 de abril»
¿Te han informado de cómo y en qué momento se retomarán las clases? «Las clases están suspendidas hasta el 3 de abril, pero todos tememos que se prolongue unas cuantas semanas más. De momento tenemos lecciones on-line y ninguna noticia más».
¿Tendrás que prolongar tu estancia en Italia? «Lo más probable es que sí. Una de las cosas que más me preocupa son las medidas que tomarán desde la ULL, pues si las clases se aplazan y nuestro curso acaba más tarde, tendrían que cambiar fechas y reprogramar, en mi caso, las prácticas extracurriculares que tenía este verano».
¿Como se puede describir la experiencia del Erasmus+? «Hacer un Erasmus siempre había estado entre mis planes. Era una oportunidad que sabía que debía aprovechar, por lo que tomar la decisión no me costó nada. Lo que quizás si me costó un poco más fue la decisión de destino. Barajé muchos, pero al final me decidí por Turín. Creo que la palabra adecuada para describir la sensación es incertidumbre. Hay mucha emoción y muchas ganas, pero también muchos nervios porque no sabes con qué te vas a encontrar: como te defenderás con el idioma, que tal será la ciudad, cómo serán las clases, cómo será la gente con la que compartirás la experiencia…».
«Es muy fácil hacerte entender»
¿En qué aspectos has notado más el cambio de país? «Turín es una ciudad del norte de Italia, está rodeada por los Alpes y hace mucho frío. Con el idioma no he tenido muchos problemas: el italiano y el español son muy similares, y aunque los primeros días no era capaz de decir nada, ahora gracias a las clases y al día a día en la ciudad es muy fácil hacerte entender aunque no lo domines por completo».
¿Existen diferencias entre la forma de realizar las clases de Periodismo en la ULL y en la UNITO de Turín? «En lo que más se nota la diferencia es a la hora de evaluar, pues la mayoría de exámenes en la UNITO son orales, algo que en la ULL nunca había hecho. Esto ha sido lo que más me ha costado».
¿Recomendarías el programa Erasmus+ a otros estudiantes? «Sin duda alguna. Creo que tener la oportunidad de vivir en el extranjero, aprender un idioma diferente, ver cómo es tu carrera en otro país y conocer a gente de todo el Mundo es una oportunidad que no se debería desaprovechar. Te hace crecer mucho como persona, conoces diferentes culturas y aprendes a aceptar nuevas situaciones».