La Misión Arqueológica de la ULL expone las fotografías de la tumba de Nisemro

Artes y Humanidades

El coloquio Galabeyas, cepillos de dientes y cámaras inexploradas. La vida cotidiana de la excavación de la tumba de Nisemro tuvo lugar ayer, jueves 10 de mayo, en el salón de actos de la Mutua de Accidentes de Canarias. El acto forma parte del ciclo de conferencias asociadas a la exposición fotográfica Arqueología canaria en Egipto. Una visión fotográfica de la Misión de la Universidad de La Laguna en la tumba de Nisemro que tendrá lugar hasta el próximo 24 de mayo. Los arqueólogos Daniel Miguel Méndez Rodríguez y José Miguel Barrios Mufrege fueron los ponentes encargados de presentar el proyecto.

El evento comenzó con un agradecimiento al público por su asistencia, así como a los colaboradores y patrocinadores del proyecto. Tras las palabras de bienvenida, los miembros de la Misión Arqueológica de la Universidad de La Laguna se encargaron de presentarse el uno al otro. Asimismo, aclararon que “cuando decidimos hacer la exposición no queríamos quedarnos solo con las fotografías, también era necesario explicar lo que había detrás de las imágenes de esas excavaciones”.

El backstage de la expedición


Los conferenciantes explicaron que la tumba TT 209 del siglo VIII a.C., en la cual llevan seis campañas trabajando, está ubicada en Luxor, Egipto: “Una de las metrópolis más importantes de la humanidad”, según Barrios. Esta se encuentra en un barranco seco, lo que conlleva altas temperaturas y mucha humedad. Es por eso que los arqueólogos empiezan a trabajar desde horas tempranas. Se dividen en grupos: un turno de mañana y otro más reducido que se encarga de las cosas más minuciosas por la tarde. Aclararon también que cada año se modifica el equipo técnico y cuentan con especialistas cabecillas en cada grupo de trabajo.

Mientras se proyectaban las imágenes de la expedición, iban comentando el procedimiento y la organización de las excavaciones. Destacaron la figura del inspector técnico, impuesto por el Ministerio de Antigüedades para supervisar el adecuado trabajo y conservación de la arqueología egipcia. Los ponentes también halagaron a los especialistas en cerámica, quienes limpian y recolectan las piezas para reconstruir las figuras. Incluso Barrios contó alguna anécdota admirando su profesionalidad.

Méndez, subdirector de la misión, mostró una imagen de uno de los ceramólogos rodeado de cepillos de dientes. Estos los utilizan para limpiar los bordes de las piezas y poder así encajarlas. Aprovechó entonces para explicar el título de la conferencia. “Quise incluir tres cosas que estuvieron presentes en las exploraciones”, añadió: las galabeyas hacen referencia a la túnica típica de las zonas rurales de Egipto, y las cámaras inexploradas por aquellas salas nuevas que descubrieron en las que se encontraron varias momias.

“El resultado es fruto de un trabajo colectivo”


Por su parte, Barros habló de lo poco común que es que un arqueólogo ejerza de fotógrafo en una excavación. Esto implica que en todo momento tiene claro lo que quiere documentar y cómo hacerlo. “Si fuera un fotógrafo de campo, tendría que ir acompañado de un arqueólogo para que me explicara las cosas que tengo que hacer”, aseguró. Para demostrar su profesionalidad, se proyectaron varias instantáneas de la dificultad que existe al captar las imágenes de la expedición.

Con el final de la charla, ambos expertos reconocieron la emoción por lo agradecidos que son los egipcios. Por eso elogiaron la labor del equipo en el proyecto dos cero nueve: “El resultado es fruto de un trabajo colectivo”. Sin duda, la investigación dirigida por el profesor titular de Egiptología en la ULL, Miguel Ángel Molinero, ha aportado grandes descubrimientos.

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