Tenerife Espacio de las Artes inició el pasado viernes la proyección de la película 13 minutos para matar a Hitler. Los organizadores han decidido que la cinta se exhibiera también ayer sábado y hoy domingo 17 de abril en dos pases diarios: 19.00 y 21.30 horas. No recomendada para una audiencia menor de dieciséis años, se disfruta en versión original (alemán) y subtitulada en español.
Dirigida Oliver Hirschbiegel, este director de cine alemán ha realizado numerosos proyectos a lo largo de su trayectoria profesional, como: El experimento o Mein letzter Film (Mi última película), dirigida en 2002. Pero el mayor reconocimiento a toda su carrera tras las cámaras llegó de la mano de El hundimiento, que narra los últimos minutos de la vida de Hitler hasta que se suicida en su bunquer personal. Gracias a este trabajo, el filme estuvo nominado a los Premios Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera en el año 2004.
Trece minutos para matar a Hitler recoge la historia de George Elser (Christian Friedel) un carpintero que en 1939 intentó asesinar al dictador mientras se encontraba en una cervecería de Munich con los líderes del partido Nazi. Pero acaba fracasando porque su objetivo abandonó la escena del atentado demasiado pronto. De haber contado con trece minutos más este humilde ebanista pudo haber cambiado el curso de la historia y haber salvado a millones de personas.
Además de Friedel, la película cuenta con actores reconocidos en el panorama nacional alemán e internacional: Katharina Schüttler, Burghart Klaußner, Johann von Bülow, Felix Eitner, David Zimmerschied y Rüdiger Klink.
El largometraje ha logrado algunos reconocimientos en festivales de cine, entre ellos destaca su participación en la Sección del Festival de Cine de Berlín o la nominación de Christian Friedel como mejor actor en los Premios del Cine Europeo.
A pesar de estar a cargo de un director de la talla de Hirschbiegel, su obra no ha recibido muy buenas críticas. Por ejemplo el periódico El Mundo cree que: «La propuesta de Hirschbiegel no aporta mucho (…). La película se limita a pasear segura y obcecadamente convencional por el protocolo que dicta el género». El periódico El País opina que: «El resultado es funcional y académico, pero en su desenlace aflora una seca y eficaz contundencia». Por el contrario la revista Cinemanía argumenta que: «El realizador germano ofrece un retrato de época impoluto (…) Hirschbiegel filma con precisión un suceso de la historia que no fue (…)».