Se sentaron en una pequeña sala de colores neutros Elsa López, editora; Covadonga García, poeta, e Iván Cabrera, autodefinido como lector de vocación. Algunos titubeos surgieron en el comienzo, ayer viernes, 15 de marzo, en la Casa de la Cultura de la capital tinerfeña. Finalmente, Elsa López dio a lugar con un discurso enternecedor sobre la poesía de la escritora que se reflejaba en esta edición bilingüe italiano-español de Genética del llanto, pero, sobre todo, de su persona, porque existe un vínculo entre ellas que se forja a través de las palabras. “Algunos versos podría haberlos escrito yo misma” porque “se puede compartir la versión del mundo”, manifestó.
“Tu poesía huele a polvos de talco”, dijo Elsa López, quien comparó a la poetisa con Mario Benedetti o Pino Ojeda, de tal manera que el título que enmarca su libro es de un texto frustrado de la escritora canaria. El italiano también ha sido una lengua que la ha influenciado enormemente, sus baladas de amor han contribuido a su lírica y, por ello, este tributo al idioma.
Covadonga García subrayó que las lágrimas y los sentimientos son la base del libro, pues “a mí me emociona todo, desde ver un animal hasta ver un amanecer, tomar de la mano a un amigo”. En este sentido, dijo que “debemos ser honestos con nuestros sentimientos”.
El acto fue un viaje de sensaciones.“Cómo no voy a emocionarme si entre estas páginas hay tanta gente que quiero”, afirmó la autora. Luego, Elsa López e Iván Cabrera hablaron sobre su poesía, en la que no reina el “lenguaje cursi y pop que distingue a los poetas actuales” sino que es “ligera y a la vez profunda”.