El postureo

Opinión

Lo llevan blogueros, influencers, modelos y hasta tu perro. Las sudaderas Thrasher, las camisetas con el logotipo de Ramones, el estilo Old School que lucía Stacy Peralta con sus Vans o las chaquetas de cuero con tachuelas propias del movimiento punk de los años 70, son algunas de las prendas que se han convertido en algo muy trending, pero a la vez típico de ver en las calles. Es triste decirlo, pero la camisa del grupo Ramones es más famosa que su música.

En ese sentido, hasta su propio diseñador, Arturo Vega, afirmó en una entrevista que se vendieron decenas de miles de copias de cada uno de sus catorce discos, sin embargo, la ropa se está vendiendo por millones. “Que la gran mayoría de los compradores no hayan escuchado sus temas musicales es algo que me entristece”, ha afirmado su director artístico.

Pero esto no ocurre solo con esta banda, Metallica, AC/DC y, ahora, los Sex Pistols, son otras marcas (para muchos) que invaden actualmente tiendas como H&M o Bershka. Mi pregunta es: ¿Qué pasaría si Sid Vicious levantara la cabeza? ¿Y si Iosu Expósito viera la colección anti todo de Zara?. Está claro. Ambos les llamarían ignorantes, y también añadirían que el punk es basura y que es una controversia relacionar una revolución con moda.

¿Quién no se compró unas Vans o tiene un amigo que las lleve?


Es evidente. El skate se ha transformado en un complemento más en las pasarelas y en los escaparates de los centros comerciales. ¿Quién no se compró unas Vans o tiene un amigo que las lleve? Junto con un vestido negro, las ha usado hasta la princesa Carlota Casiraghi en la última conferencia de prensa de Montblanc. Cuando las grandes superficies comienzan a vender estos tenis creados originalmente para patinar, y que solo se encontraban en establecimientos específicos de skateboard, es cuando se produce una verdadera popularización del producto.

Por otro lado, la masificación de las sudaderas con llamas por parte de celebrities ha hecho arder al editor jefe de la revista Thrasher. Jake Phelps aclaró, tras leer un artículo en Vogue, titulado Cómo la camiseta de Thrasher se convierte en la prenda informal que toda modelo guay debe vestir, que “nosotros no enviamos ninguna caja a Justin Bieber, a Rihanna o a ninguno de esos putos payasos, es en el asfalto donde está la mierda. Sangre y sudor, ¿hay algo más real que eso?”.

Aunque el postureo nos ha invadido y, a pesar de que muchas personas con zapatillas Stefan Janoski no sepan ni lo que es un kickflip, cada persona tiene toda la libertad del mundo para llevar puesto lo que quiera. Aún así, nuestra vestimenta es un sello personal con un valor identificativo y, en cierta medida, haciendo este tipo de actos la ropa va perdiendo su auténtica esencia. Lo que es indiscutible es que las modas cambian y, en un instante, famosos y teenagers se fijarán en cualquier otro logo sin significado aparente. En ese momento, será cuando Phelps y Vega podrán descansar en paz.

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