El disco físico, un formato anclado al pasado. Foto: PULL.

Apto para nostálgicos

Opinión

Las fuertes innovaciones tecnológicas han ido modificando progresivamente nuestra forma de vivir y consumir. Hace unos años era impensable ir a hacer la compra y pagar en una caja automática en la que no es necesaria la presencia del personal del supermercado. Sin embargo, hoy en día es visto como otro elemento simple de nuestra vida cotidiana. La industria musical, por motivos obvios, tampoco se libra de la evolución y el impacto digital. Spotify, YouTube y las plataformas digitales son la última prueba irrefutable de ello.

Ante esta irrupción que ha tenido su máximo esplendor en la última década la pregunta que se plantea es evidente: ¿qué posición ocupará el formato físico en el futuro de la música? Los CD están en la cuerda floja desde hace bastante tiempo, no es algo que resulte novedoso. La llegada de Internet dio pie a la piratería, algo que supuso que el número de ventas de los mismos descendiese de manera considerable. No obstante, en pleno auge de las descargas ilegales seguían existiendo grupos con álbumes que cosechaban un gran éxito en ese aspecto. Un ejemplo de ello es Extremoduro, quien en 2008 y sin promoción logró superar las 30 000 copias vendidas en tres semanas con La Ley Innata.

«El cambio en la forma de consumir la música ha hecho que los discos pierdan gran parte de su valor»

La verdadera caída de los discos llega a partir de 2010 con el cambio de los hábitos de consumo musical por parte del público. Los clientes empiezan a ver el contenido sonoro como una especie de fastfood. Los artistas se ven obligados a sacar canciones sueltas poco a poco para no quedarse fuera de las listas de los más escuchados, por lo que los proyectos largos comienzan a verse devaluados. Por si fuera poco, aparecen herramientas que hemos nombrado con anterioridad como Spotify que permiten escuchar un tema o álbum en cualquier dispositivo sin necesidad de tener el CD.

Ante este panorama, las cifras son demoledoras. En nuestro país se puede llegar al top 100 de los más vendidos con tan solo 47 unidades, tal y como publicó en un informe de 2018 la Asociación de Productores de Música en España. En dicho documento también se aprecia que algunas cifras han sido falseadas para tratar de hacer creer que se han comercializado más copias de las que en realidad son. A pesar de ello, todavía sigue existiendo un importante volumen de ventas tanto en artistas clásicos como en los más nuevos, aunque sus ingresos son mucho mayores a través de las plataformas digitales.

Dar una fecha estimada es algo bastante atrevido, pero considero que el formato físico quedará relegado a un plano residual en unos años. En la actualidad, hay personas que ni siquiera tienen un dispositivo en el que poder escuchar un disco. Los coches nuevos traen equipos de sonido bluetooth sin equipamiento para ellos. En muchas ocasiones los únicos que compran el álbum tangible son solo los coleccionistas y los más nostálgicos. Por ello, tarde o temprano, creo que el compact disc ocupará el mismo lugar que el vinilo.

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