Aida González ha colaborado en varios proyectos de difusión cultural. Foto: PULL

Aida González Rossi: «En Canarias tenemos escritoras muy valiosas»

Cultura / Ocio

«A los hombres se les sigue considerando universales y a nosotras parciales»

Aida González Rossi es escritora y graduada en Periodismo por la Universidad de La Laguna. Durante su periodo estudiantil fue galardonada con el XX Premio Internacional Julio Cortázar de Relato Breve de la ULL, por su cuento Casas, desiertos o bosques. Asimismo, realizó el Máster de Estudios de Género y Políticas de Igualdad en la propia universidad. Hace poco publicó su primera novela, Leche Condensada, de la editorial Caballo de Troya y está teniendo mucho éxito.

Sus inspiraciones en la vida son sus amigas, gran parte escritoras, como Katya Vázquez, Andrea Abreu o Juli Mesa, pero también tiene otras como Lorrie Moore o Mónica Ojeda. Se considera una lectora caótica que acoge a muchas de sus musas como amigas trae la vida. «Creo que es muy guay leer así, dejándose invadir solamente por lo que la particularidad de una autora hace con la particularidad de una misma», explica.

Su carrera periodística se desvió a la escritura a la vez que cursaba el Grado: «Supongo que porque acabamos tendiendo a meter todas las cosas que nos gustan en un mismo cajón». Agradece al periodismo el aprendizaje de poder disolver los géneros y separar los muros literarios que deja un vacío entre la verdad y la ficción. «Esto quizá suena contradictorio, pero creo que el periodismo me ha enseñado que todo lo que contamos es una ficción. Solo trabajando con esta consciencia, aprovechándola, podemos contar la verdad», destaca la autora.

«Pienso que Leche condensada viene de mi proceso poético»


En cuanto al panorama actual de autoras jóvenes canarias, cree que contamos con escritoras muy valiosas, pero que las hemos tenido siempre. Sin embargo, le entristece que la visibilidad provenga de que las publicaciones las lleven editoriales de fuera de las Islas. «Igual es más justo que se esfuercen ustedes por llegar a nosotras», así aconseja González Rossi al público para que investiguen los catálogos de las editoriales de Canarias para acabar con esas barreras.

Sobre su novela, encontramos a una protagonista, Aída con tilde, que sufre un cambio de etapa, marcado por las referencias de la cultura pop del momento y el sufrimiento de la violencia intrafamiliar. Para ella, «fue un libro que se revelaba a la vez que se escribía», una intención que buscaba en el texto final «para formar una obra sobre no saber decir las cosas y aun así atreverse a decirlas». Los antecedentes de Leche Condensada «vienen de mi proceso poético», señala.

El uso del lenguaje en el libro es informal, una característica que tiene que ver con lo anterior, pues «este es el lenguaje que puedo usar con más facilidad y a la vez con menos». La lengua española ante sus ojos es una materia líquida, ya que «actúa por sí misma, crea sus propias figuras y es como una especie de fluido que vertemos, mezclamos, miramos pero no controlamos del todo», comenta González Rossi.

«Me refugio en las cosas que se hacen perezosamente. En ellas pongo todo mi esfuerzo»


La joven escritora encuentra un refugio en las cosas que le gustan, no solo se ve en Leche condensada, también es así en la vida real. «Construyo un mundo que parece solo mío y para mí y atreverme a no sentirlo como algo falso, a sentirlo a veces como algo incluso más verdadero que ciertas cosas que aparentemente lo son más», define. Desde videojuegos, hasta chistes o las conversaciones con sus amigas, son recuerdos que le traen bienestar y que canaliza en la redacción: «Me refugio en las cosas que se hacen perezosamente».

La escritura le ha revelado muchas cosas, entre ellas la libertad. «Vivimos en un mundo que nos niega tanto ser lo que somos en la intimidad más absoluta, que nos culpa tanto por ello, que contar con algo así lo hace todo más sencillo», explica. Según ella, escribir es una manera de socorrer y que le sirve para salvarse del aburrimiento.

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