El vicerrector de Investigación de la ULL, Francisco Almeida, ofreció ayer lunes, 18 de febrero, un extenso resumen de la actividad de su departamento, no sin antes hacer una consideración general acerca de la actividad científica. Al respecto, destacó que «en los ámbitos de mayor prestigio, resulta inconcebible que en una universidad no se investigue y, de hecho, no se las considera como tales a los centros que no apuestan por al I+D+i».
El vicerrector destacó el plan propio de ayudas que ofrece este centro académico. De él se desprenden un total de once tipos de ayudas diferentes, entre las que se encuentran, por ejemplo, la prevista para preparación de proyectos europeos, para el desarrollo de prototipos o para la publicación de artículos científicos en revistas en abierto, entre otras. En el apoyo a jóvenes investigadores hizo referencia a ayudas específicas para asistencia a cursos y seminarios de especialización, apoyo al desarrollo de tesis doctorales con mención internacional o las bolsas de viaje para presentación de resultados en congresos y reuniones científicas.
Almeida se detuvo igualmente en los diversos programas de captación de talento investigador, tales como el María Rosa Alonso, destinado a proyectos de las áreas de Ciencias Sociales y Humanidades; el Viera y Clavijo, pensado para el rescate de investigadores posdoctorales; el Agustín de Betancourt, diseñado junto al Cabildo de Tenerife para incorporar talento investigador orientado a la transferencia de conocimiento al mundo productivo; o los contratos predoctorales, especialmente pensados para dar apoyo a la realización de la tesis doctoral durante cuatro años.
Publicaciones científicas
Francisco Almeida afirmó que el número de publicaciones científicas de la Universidad de La Laguna ha seguido una progresión al alza en los últimos años, con un total de 1215 publicaciones en 2018. En cuanto a proyectos autonómicos, financiados en su mayoría por la Fundación CajaCanarias y en el último año por el gobierno de Canarias, «se ha pasado de un total de 11 proyectos en 2014 a 22 proyectos en 2017, año en que se captó más de un millón de euros por estas vías».
Con respecto a proyectos nacionales, el vicerrector explicó que se mantiene una tendencia estable, quizá algo a la baja por los años de la crisis y la disminución de fondos que llevó aparejada. Así, el número de proyectos solicitados anualmente se ha mantenido estable a lo largo de los años, con una media entre 50 y 60 anuales, lo que ofrece unas tasas de aceptación promedio del 46 % y una financiación de dos millones anuales y de cinco a seis millones por trienio.
En cuanto a proyectos internacionales, Almeida precisó que se ha experimentado un importante salto cualitativo en la presentación de proyectos europeos, donde además se da una amplia dispersión de convocatorias, con 26 proyectos solicitados en 2017 frente a un total de 102 al año siguiente. Los resultados de este incremento se verán el próximo año, agregó. Sobre los proyectos de cooperación internacional en el área de la Macaronesia se ha pasado de solicitar 46 proyectos en 2016 a 49 en 2018, pero lo más relevante estriba en que si antes solo se lideraban 3 proyectos ahora la Universidad de La Laguna pasa a liderar 21 de los solicitados.
Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación
El vicerrector también habló de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación, encargada de gestionar la transferencia del conocimiento hacia el entorno productivo y dividida en tres áreas: valoración, protección y desarrollo empresarial. Así, destacó que el área de valorización ha promovido en esta última época hasta un centenar de acuerdos con entidades públicas y privadas, de los que 44 se encuentran aún en trámite de negociación. En cuanto a la protección de las invenciones y su posterior negociación, en este periodo se ha prestado asesoramiento a más de un centenar de investigadores, al tiempo que se ha revisado la cartera de patentes, de las que han quedado 50 en vigor y, de ellas, diez han sido concedidas en 2018. En cuanto a desarrollo empresarial, apuntó que la OTRI gestionó en 2018 la creación de la primera empresa de base tecnológica de la Universidad de La Laguna.
Almeida se detuvo finalmente en el Servicio general de Apoyo a la Investigación, que aglutina un total de 26 servicios agrupados en cuatro divisiones: análisis elemental y molecular, caracterización de materiales y superficies, tecnologías biomédicas y apoyo tecnológico. En este servicio existe equipamiento científico único en Canarias, que además se ha visto renovado gracias a los fondos del FDCAN.