La última Encuesta de Salud Nacional realizada en España dio lugar a los asombrosos datos de obesidad infantil existente en las Islas Canarias, situándose en el podio con un 18,6 % de menores que padecen de sobrepeso en niveles preocupantes. Pero este dato, se hace aún más sorprendente si analizamos las causas por las cuales Canarias se encuentra soportando estas cifras. Como se reitera en numerosas ocasiones en los estudios económicos, redes sociales y medios de comunicación, la cesta de la compra en las Islas es la más alta de todo el País.
Además, el Archipiélago está a la cola de los salarios. Tiene uno de los sueldos más bajos de toda la nación y aún así debe hacer frente a una de las cestas de la compra más caras de toda Europa.
Hacen apenas diez días, el equipo de Sanidad del Gobierno de Canarias junto con el de Educación, lanzó una nueva alternativa para combatir la obesidad infantil de las Islas con la que promover los hábitos saludables en menores de doce años. Mi cuestión es: ¿está realmente el problema en los niños y niñas o debemos buscar el verdadero origen?
Las familias que luchan para poder llegar a fin de mes ven imposible realizar una dieta equilibrada y tienen que salir adelante con ultracongelados y procesados que nada buenos son para la salud. Pero mejor será que no comer absolutamente nada.
«La mayoría de menores de edad con sobrepeso en Canarias viven en familias con un sueldo inferior a ochocientos euros mensuales»
Estos datos no son simples suposiciones, sino que se ha demostrado que la mayoría de menores de edad con sobrepeso en Canarias viven en familias con un sueldo inferior a ochocientos euros mensuales, una cifra muy baja para el alto precio que supone mantener una casa con tan pocos ingresos. El estudio que recoge todos estos datos , publicado en la revista Medicina Clínica, recalca que la relación entre el estatus económico y la obesidad es evidente.
Por ende, ¿es realmente factible el implantar una solución para que menores de edad lleven mejores hábitos o hay que darle un sueldo digno a las familias? Debe ser un derecho poder acceder a una dieta saludable y no un privilegio acotado para quienes tienen sueldos que superen los dos mil euros. Por supuesto que comprar productos frescos y naturales conlleva gastarse unas cantidades insostenibles para familias mileuristas.
Es incuestionable que todos los planes de actuación contra un problema tan serio es de agradecer, y la instauración del Poicán, este nuevo proyecto que promueve siete líneas estratégicas (alimentación saludable, actividad física, horas de sueño, entretenimiento, salud mental y condiciones económicas, entre otras), pueda mejorar algo la situación pero, por supuesto, no del todo. La cuestión es que el Gobierno debe actuar para no permitir que esto siga pasando.