«El alumnado prevé posibles consecuencias negativas en su empleabilidad»
Sergio León es estudiante de cuarto curso del Grado de Turismo en la Universidad de La Laguna. Además, es el coordinador de la representación estudiantil de su Facultad y miembro del Claustro. Eligió esta carrera por sus dos grandes pasiones: la economía y el patrimonio cultural. Ahora, cuenta cómo el sector turístico y sus prácticas externas se están viendo mermadas a raíz de los vaivenes de las fases y las restricciones de movilidad derivadas de la Covid-19.
En los años previos, la mayor parte de las prácticas del Grado se desarrollaban en empresas pertenecientes al sector privado. Ahora, según advierte Sergio León: «el tejido empresarial está debilitado y esto supone que una gran parte de la formación práctica se deba desarrollar en el sector público». Lo más destacable de la situación, en consideración del estudiante, es la dependencia del profesorado ante el estudiantado para conseguir empresas donde poder realizar las prácticas.
Estos inconvenientes han dado forma al descontento e insatisfacción del colectivo estudiantil. No obstante, puntualiza que «estamos realizando las prácticas externas pero no donde nos gustaría, porque no existe la cantidad de empresas suficientes».
«Ejercer esta profesión es vender sueños»
Ante la desconformidad del alumnado, León apunta que «ejercer esta profesión es vender sueños». Hay quienes no están conformes con sus prácticas porque no han conseguido palpar este deseo». Otro aliciente es la modernización del Grado. Su renovación estaba propuesta para el 2020 y tuvo que ser aplazada para el 2022 como consecuencia de las circunstancias sanitarias actuales. «Esto influye en las sensaciones del estudiantado», explica el representante estudiantil. Sergio León añade que 2021 no está siendo un buen año para realizar la formación práctica, pero recuerda que el año pasado no se pudieron realizar.
A esto hay que sumar, según sus declaraciones, las exigencias del mercado laboral en el que interactúan. «Competimos con personas sin la formación necesaria, con mano de obra barata», señala. Asimismo, confiesa que existe cierta tendencia, entre el propio alumnado, a devaluar sus competencias cuando se equiparan con ciertos puestos que no les corresponden. «Nos preparan para ser gerentes de hotel, comercializadores de viajes o gerentes de una agencia, no para ser recepcionistas», difiere León.
Una sociedad más sostenible
Por otro lado, existe esperanza en sus palabras. En la actualidad, el sector está tomando otro camino a raíz del cambio de intereses y demandas del turismo. Se busca cambiar el paradigma turístico y no apostar por grandes complejos hoteleros, destaca Sergio León. Ante este nuevo planteamiento, el joven reclama una mayor diversificación del mercado y un aumento en la apuesta por un turismo y una sociedad más sostenible.
«Si todas las Islas se unen podrán reconvertirse en un potente macrodestino. La única opción es remar a una y sacar adelante la situación, sea como sea», concluye.
