Los casos de asesinatos a manos de jóvenes armados se suelen relacionar con los videojuegos. Foto: PULL

Videojuegos y violencia: un nuevo estudio sigue sin encontrar relación

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Los videojuegos pueden ser una herramienta muy positiva para nuestro desarrollo cognitivo, pero a la vez puede convertirse en una distracción de nuestras obligaciones e incluso pueden llegar a resultar una adicción. Cuando suceden hechos tan impactantes y trágicos como el caso del joven que asesinó a sangre fría a su familia en Elche o los tiroteos en escuelas e institutos de Estados Unidos, el debate aumenta y los medios apuntan siempre en la misma dirección: la violencia que consumen y experimentan los jóvenes en algunos videojuegos. Sin embargo, para la mayoría de profesionales parece no estar tan claro y existe conflicto entre ellos.

El conflicto se reabre cada vez que surge un nuevo caso de este perfil, por ello lo más correcto es acudir a especialistas en la materia para que nos asesoren. Lo cierto es que, para la mayoría, no hay relación alguna entre estos hechos. Así piensa Aníbal Mesa López, profesor de Sociología de la Universidad de La Laguna, quien opina que «es más fácil encontrar evidencias de que los videojuegos generan beneficios y no violencia».

En cambio, hay una minoría que cree todo lo contrario. María del Mar Expósito Aguiar, psicóloga de menores y familia, lo ve de esta manera y cree que «los videojuegos violentos podrían propiciar actitudes favorables al uso de la violencia bien por observación, imitación o reforzamiento, provocando cierta insensibilidad hacia la violencia real, así como la normalización de la conducta violenta».

Un estudio novedoso


Un reciente estudio llevado a cabo por el Oxford Internet Institute y publicado en la revista Royal Society Open Science, parece aclarar las dudas. Se entrevistaron a 1004 jóvenes británicos de catorce y quince años, a quienes se les pidió que describieran sus hábitos a la hora de jugar. De igual manera, se entrevistó a un número igual de padres, madres o tutores legales sobre los comportamientos agresivos detectados en el último mes.

El estudio llega a la conclusión de que no solo no existe relación alguna entre jugar a videojuegos violentos y el aumento de las conductas agresivas o violentas, sino que puede llegar a resultar beneficioso. Aunque, también advierte que dedicar mucho tiempo a videojuegos en la adolescencia puede favorecer comportamientos irascibles, así como actitudes que pueden llevar al insulto.

Según un reciente estudio, jugar a videojuegos puede llegar a resultar beneficioso para la salud. Foto: PULL

La clasificación PEGI


Los videojuegos no se venden sin ningún tipo de control, su venta se regula mediante lo que se conoce como clasificación PEGI (siglas del inglés Pan European Game Information). Este es el mecanismo de autorregulación diseñado por la industria para dotar a sus productos de información orientativa sobre la edad adecuada para su consumo. Se ordenan según la edad recomendada para su uso y además da información del contenido que incluye. Así, se distinguen 5 rangos de edad: PEGI 3, PEGI 7, PEGI 12, PEGI 16 y PEGI 18.

Los padres y madres se orientan gracias a esta lista para poder elegir el videojuego que mejor se ajusta a la edad. Sin embargo, son numerosos los casos de adolescentes que juegan a videojuegos con una clasificación PEGI 18. «Estas clasificaciones por edad cumplen más una función de tranquilización para los adultos que de control de riesgos», afirma Aníbal Mesa.

La mayoría de los juegos denominados violentos como los famosos Call of Duty (videojuego de disparos en primera persona de estilo bélico) o Grand Theft Auto, más conocido como GTA, cuentan la historia de distintos criminales como asesinos y vendedores de droga son clasificados como PEGI 18. Sin embargo, nada impide que puedan ser jugados por adolescentes que no cumplen con estos requisitos de edad.

El boom de Fortnite


La excepción a la mayoría de juegos citados anteriormente es Fortnite, que en los últimos años ha resultado ser un auténtico éxito debido en gran parte a que es gratuito. Su modo de juego más popular es Fortnite: Battle Royale. Los battle royale son videojuegos en el que gana quien al final queda en pie.

Lo curiosos es que, a pesar de ofrecer un contenido violento, la ausencia de sangre y el diseño hace que el juego tenga una clasificación PEGI 12 en lugar de una de mayor edad.

El diseño de los personajes y del entorno hacen que Fortnite no parezca tan violento. Foto: PULL

 No existe una relación clara entre jugar a videojuegos y cometer actos tan trágicos como un asesinato o un tiroteo. Pasar mucho tiempo jugando puede hacer que se desarrolle una actitud más irascible y violenta. Por tanto, parece que la solución no pasa tanto por una regulación del contenido que consumen los jóvenes en estos juegos sino del tiempo que pasan con ellos.

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