Thanos y el culmen de la trayectoria Marvel

Opinión

Diez años bastaron para hacer historia. 17 obras independientes que erigen la epopeya que marcará a toda una generación. El Titán Loco descendió de las lunas de Saturno el pasado 27 de abril. Agarró el fanatismo mundial con su guantelete dorado y aún no lo ha soltado. Avengers: Infinity War ya ha recaudado más de 900 millones de dólares, superando, con creces, al resto de películas de la franquicia. El último film de Anthony Russo y Joseph V, Russo escala el listón a pasos agigantados. Promete proclamarse como la mejor y más taquillera película de Marvel Studios.

Thanos (Josh Brolin), junto a sus secuaces, apresa la nave espacial donde viajan los supervivientes de Asgard, incluidos Thor (Chris Hemsworth), Loki (Tom Hiddleston) y Hulk (Mark Ruffalo). El titán exige a los tripulantes el Teseracto, un artefacto capaz de alterar la realidad. Tras derrotar a los héroes, el villano extrae del artilugio la Gema del Espacio.

Con dos de las cinco piedras bajo su custodia, pues ya poseía la Gema del Poder, Thanos viajará a la Tierra para completar su colección, haciéndose cada vez más fuerte. En esta ocasión, los superhéroes que velan la tierra han de unir fuerzas para derrotar al más poderoso de los enemigos e impedir que complete su misión.

Así nacen los clásicos


Dichosos aquellos que han crecido con la saga. Millennials que han indagado el Universo Marvel como lo hicieron los fans de Star Wars a finales de los 70. Son muchos los que han parangonado ambas historias, y ven en Thanos al mismísimo Darth Vader. Olvidemos el bagaje de los comics, que han persistido en un segundo plano al igual que la DC Entertaiment. Marvel Studios ha hecho historia, así nacen los clásicos.

Supuso un bosquejo de copiosa complejidad. Las expectativas que se cocían desde Los Vengadores (2012) podían haber servido un potaje insípido, editado con mínima querencia bajo la presión de las productoras, que suelen buscar un blockbuster inmediato y se topan con salas desiertas. El recelo estaba en la cantidad de personajes que debían de manifestarse. En estos conglomerados, decidir entre un primer plano de Iron Man o uno general en el que se vea también a Hulk determinará la importancia del héroe. El tiempo de producción es un óbice eminente. Sin embargo, cada vengador tiene su momento de gloria.

No debemos ignorar que Infinity War es la continuación de la saga. Todos los personajes ya han sido exhibidos al público en las películas anteriores. Es por esto, que no está hecha para los que aún no se han adentrado en el Universo. No obstante el experimento obtuvo la aceptación del público. Strange y Stark, Thor y los Guardianes: héroes que se compenetran a la perfección.

Demasiados chistes


En cuanto al aspecto visual, los escenarios que encontramos en los diferentes planetas que visitan los héroes destacan por la minuciosidad del pequeño detalle. El entorno consigue contextualizar la escena y apoderarse del público. Todavía queda pulir el inconveniente que mana al acoplar elementos reales con las piezas generadas por CGI (Imágenes creadas por ordenador). Algunos ejemplos son las trasformaciones de Hulk, o los rostros de Spiderman y Iron Man cuando se retiran la máscara con el traje aún puesto.

Por otro lado está el humor, que se adapta a la perfección en cada héroe, pero desentona por su abundancia cuando coinciden en una misma escena: la ironía de Tony Stark junto con el humor absurdo de Drax y el humor negro de Rocket pueden generar una dosis con efecto rebote.

El Titán Loco, dios del Universo


Protagonista del film. Un ejemplo acertado de la creación del villano perfecto, con objetivos, moral, dudas, historia y origen, elementos que se desarrollan paulatinamente durante las dos horas y media de drama, comedia y acción. Thanos consigue convencernos de sus planes hasta el punto de sabotear nuestra ética personal. Llegamos a discurrir que sus intenciones no son comparables con la enajenación y la vesania. Josh Brolin, actor que lo interpreta, posee una actuación digna de admirar. Lograr que no parezca excéntrico ver a un gigante violeta llorar, tiene su mérito.

Sin duda alguna, supone un privilegio desmesurado haber apreciado la obra en la gran pantalla, y más aún permanecer en el asiento hasta la escena post-créditos. He aquí la consolidación de una trayectoria de diez años que augura un futuro memorable.

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