«Me encantaría jugar el play-off por el ascenso a División de Honor»

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La competición para los equipos de primera división de la Liga de Baloncesto en silla de ruedas dará comienzo el próximo 11 de noviembre. Entre los conjuntos que participarán se encuentra, el Club ADEMI Tenerife  (Asociación Deportiva para Personas con Discapacidad), el primero en la isla de esta disciplina desde 1988. Javier Martínez Plasencia, el entrenador desde hace cuatro temporadas, ha contado a PERIODISMO ULL cuáles son sus objetivos, su trayectoria con esta plantilla, las dificultades, satisfacciones… 

Usted siempre había entrenado a conjuntos de baloncesto, pero no de silla de ruedas. ¿Por qué eligió a Ademi? «Cuando yo empecé a entrenar a la cantera con 16 años no tenía idea de baloncesto en esta modalidad. Con los años me lo propusieron y dije que sí, y a la media hora pensé: ¡Ay Dios, si yo no sé de esto! Pero hubo un par de jugadores que me animaron, me dijeron que como yo no estaba muy familiarizado con el mundillo tenía que adaptarme y así no tendría ningún problema. Ahora me considero un buen entrenador de esta disciplina».

«Las diferencias, al fin y al cabo, son mínimas»


¿Qué aspectos tuvo que adaptar o qué nuevas técnicas aplicó en sus comienzos? «El baloncesto en sillas de ruedas no es un deporte en sí, sino que es una actividad adaptada del baloncesto. Luego, la forma es la misma. Puedes ser entrenador de ello, pero te tienes que amoldar porque la situación de los jugadores es completamente distinta. Si nunca has sido monitor de baloncesto no puedes entrenar en esta modalidad. Las diferencias, al fin y al cabo, parecen muchas, pero son mínimas. Esto siempre lo remarcamos y demostramos en nuestro día a día».

Ademi es un equipo mixto, pero solo hay una jugadora, Andrea Santana, ¿por qué no hay más chicas? «Lo cierto es que no hay una cantidad suficiente de mujeres con discapacidad como para crear ligas femeninas. Normalmente en cada agrupación hay una o dos jugadoras y se hace mixto. Andrea es luchadora y una jugadora ejemplar que siempre lo da todo en los entrenamientos. Es muy joven, solo tiene 16 años, y yo creo que si sigue entrenando duro podrá ser, sin ningún problema, internacional con la selección española».

¿Desde qué edades comienzan a entrenar? «Nosotros tenemos una escuela en la que cualquiera se puede apuntar. Cualquier persona que quiera empezar a jugar baloncesto, desde niños hasta mayores. De hecho, hay gente apuntada con 40 y 50 años. Después está la escuadra federada, donde están los que tienen más experiencia, quienes llevan más tiempo entrenando. Ellos conforman el grupo que compite en la liga nacional de baloncesto en silla de ruedas».

«Vamos por el buen camino, pero aún somos un deporte minoritario que no vende»


¿Cuáles son sus objetivos para esta nueva temporada? «En los tres años que llevo al frente del equipo siempre hemos entrado en el play-off, donde juegan los mejores para ascender a División de Honor. El año pasado fueron los ocho mejores equipos, sin embargo este año ha habido un cambio, ya que ahora hay también segunda división. Nosotros estamos en Primera División y me encantaría poder plantearme el ambicioso objetivo de volver a luchar por el ascenso, pero siendo realista va a ser difícil. Lo que no podemos hacer es plantearnos objetivos inalcanzables, porque eso lleva a la frustración y es lo peor que te puede ocurrir».

Aparte del entrenamiento físico, ¿intentan también trabajar los valores personales y deportivos? «Sí, claro. El grupo que tengo es muy bueno. Hay personas de tres generaciones. A lo deportivo le dedico un 30 % y el resto es saber cómo conjuntar a toda la gente. Cada uno tiene sus habilidades y su forma de ser, quizá ese es el éxito de mi trabajo, haber conseguido que en un equipo muy heterogéneo el respeto esté por encima de cualquier cosa».

¿Cuáles crees que son las claves para el éxito? «Para mí comprender a los chicos cuando vienen con mala cara. Yo creo sobre todo en el trabajo, no creo que haya jugadores mejores o peores, solo más trabajadores que otros. La actitud también es importante, no estarse riendo durante todo el entrenamiento. Hay gente que viene a trabajar duro y son los que destacan».

¿Qué cree que se debería hacer para que se le dé mayor visibilidad a este deporte? «Eso lo tenemos claro. El año pasado retransmitíamos en directo los partidos con una calidad muy buena, yo no vi ningún partido de división de honor grabado como los nuestros, con comentaristas y entrevistas, solo nos faltaban las cheerleaders. Aquí al pabellón han llegado a venir 200 personas, yo creo que vamos por el buen camino, pero es un deporte minoritario que no vende».

¿Qué le dirías a las personas discapacitadas para alentarlos a practicar baloncesto o cualquier otro deporte? «Yo a cualquier persona que tiene una discapacidad le animaría a hacer lo que sea porque creo que, aunque las primeras etapas cuando tienes un accidente son muy complicadas, esta es la mejor forma de rodearte de gente que ha pasado por lo mismo. Y les invitaría a formar parte de Ademi, ya que aquí hay muchísimas modalidades para elegir y el ambiente que se respira es muy bueno».

 

Estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna. Prefiero escuchar antes de hablar. Amante del deporte y la danza, donde se consigue transmitir lo que no pueden las palabras.

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