«Había que llegar: corriendo, caminando o de rodillas… pero llegar»

Deportes

El Ocean Lava TriSantaCruz es una competición de Triatlón que cuenta con dos disciplinas: Half Endurance, donde hay que completar 1,9 kilómetros de natación, 82 de ciclismo y 21 a pie; y Olímpica, en la que los triatletas nadan 1,5 kilómetros, ruedan durante 40 y corren los últimos 10 000 metros de la prueba. Ambas modalidades tomaron la salida el pasado 12 de marzo en la playa de Las Teresitas para luego recorrer la autovía de San Andrés y la Avenida Anaga, con punto y final en la plaza de España.

En esta edición, el evento continuó su línea de crecimiento y se pudo ver en suelo isleño al francés Romain Guillaume, ganador del Ironman de Lanzarote en 2014, que se impuso en la modalidad Half Endurance (3h 32:20). Ya en la distancia Olímpica el portuense Ricardo Hernández (1h 57:32) también cumplió las expectativas y se adjudicó la primera plaza. En categoría femenina Gurutze Frades (3h 58:50) se impuso a la también internacional española Saleta Castro (4h 02:54) en la disciplina Half Endurance. Por otro lado, la estonia Kaidi Kivioja (2h 06:53) se llevó la palma en el circuito olímpico superando a la tinerfeña Delioma González (2h 08:35).

Romain Guillaume en su entrada a meta como ganador. Foto vía: bmc-switszerland.com

Sin embargo, en esta ocasión nuestras miradas no estaban puestas en los candidatos al triunfo. Seguimos las evoluciones de Maxi Gaudio, uruguayo de nacimiento y canario de adopción, y que compagina el deporte con sus estudios de Magisterio en la ULL, donde se le puede ver habitualmente entrenándose en la pista central.

La ilusión era máxima, pues la prueba significaba su debut en la modalidad de Triatlón, pero el comienzo no fue el esperado. A los pocos minutos de iniciar los 1 500 metros de natación, uno de los participantes le golpeó involuntariamente en la boca, produciéndole una hemorragia en el labio que le impidió sentirse agusto durante los casi 40 minutos que pasó en el agua y que provocó, incluso, que tuviera que parar de nadar para corroborar que podía continuar.

Una vez fuera del agua, «con los gemelos un poco sobrecargados», esperaban 40 kilómetros de bicicleta. Estos tampoco serían un camino de rosas. El golpe sufrido al inicio de la prueba trastocó el planning trazado y el grupo se alejó, por lo que tuvo que rodar en solitario todo el trayecto. Además, contó con una visita inesperada, el viento de cara.

Maxi Gaudio, cruzando la línea de meta entre lágrimas tras más de 4 horas de carrera.

Como confirmó al terminar, este fue el momento más crítico de la prueba: «Rodar solo, con una bicicleta que es un desastre y con la moral un poco baja por cómo se estaba dando la carrera después de tanto sacrificio… el abandono ha rondado muchas veces por mi cabeza». Pero no sucedió, el charrúa tiró de coraje y amor propio y culminó los 40 kilómetros. Último reto: los 10 000 a pie. «Ya no quedaban fuerzas, pero una vez superada la gran crisis, había que llegar: corriendo, caminando o de rodillas… pero llegar», relataba ya en la meta Gaudio. Para ello, tuvo que sobreponerse a un fuerte dolor de espalda que le impedía respirar con normalidad y le dificultaba el trote, llegando incluso a detenerse en varias ocasiones.

En meta le esperaba su hermano Pablo Fede, que también realizó la prueba, varios amigos y su novia, todos empujando. Se cumplían las 4 horas de carrera, tiempo límite establecido, y los organizadores decidieron aguantar unos minutos.

Últimos 5o metros y las emociones a flor de piel, un abrazo con su hermano en el que rompe a llorar y dedos al cielo para «dedicar este triunfo personal a mi madrina María del Carmen y mi amigo Jairo Martín, que no están con nosotros pero los llevo muy presentes en cada segundo de sufrimiento», como luego confesó en su cuenta de Facebook.

Después de 4 horas, 3 minutos y 14 segundos, el futuro maestro conseguía su objetivo y culminaba así su primer triatlón.

Lo último sobre Deportes

Ir a Top