El catedrático en Psicobiología Manuel Martín-Loeches y el doctor en Física Ramón López de Mántaras debatieron sobre la importancia, las diferencias y la relación entre la consciencia y la inteligencia de la IA el pasado jueves, 10 de abril, en la conferencia ¿Podría algún día la Inteligencia Artificial generar una consciencia análoga a la humana? Tuvo lugar en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife y fue moderada por la astrofísica e investigadora Eva Villaver Sobrino. La charla fue la tercera y última del Foro Enciende el Cosmos, una iniciativa de carácter divulgativo formada por otras dos mesas de diálogo.
El evento comenzó con dos preguntas de Villaver: ¿qué es la inteligencia? y ¿qué es la Inteligencia Artificial? A la primera, Martín Loeches respondió que se trata de aquello que usas cuando no sabes cómo solucionar un problema. A la segunda, López habló las limitaciones que tiene la IA, ya que «por mucho que la entrenas no puede prepararse para todos los dilemas que va a sufrir». El doctor en Física explicó su razonamiento con el ejemplo de un coche autónomo que confundió el dibujo de una señal de stop en una valla publicitaria con una real y frenó de imprevisto con gran violencia. Por el contrario, el catedrático explicó que «si no te has encontrado con la situación antes, tanto las personas como la IA no son capaces de resolver el problema». A lo que añadió: «Tal vez las máquinas son igual de capaces que las personas».
Martín-Loeches ratificó que se lleva mucho tiempo intentando que los ordenadores arreglen problemas de la forma que lo harían las personas. «Este modelo ahora mismo no está acertado», subrayó. Asimismo, el alcalaíno relató que la IA puede recrear un vídeo basado en un recuerdo a través del análisis de cómo responde el cerebro, aunque solo ocurre cuando «se ha entrenado a la Inteligencia Artificial a reconocer los elementos del pensamiento», confirmó.
«Sin consciencia la máquina no puede entender el mundo»
A continuación, López habló de la posibilidad de decodificar el lenguaje del cerebro para implantarlo en una máquina, pero aclaró que él no cree en dicha teoría. El catedrático declaró que las emociones se basan en emocional, fisiológico, y comportamental, y considera que esos tres aspectos los pueden llegar a tener las máquinas. Por el contrario, el doctor opinó que la Inteligencia artificial tiene que ser corpórea, ya que «es la única manera de que pueda aprender a adquirir el sentido común y las cuestiones básicas humanas». El catalán expresó Chagpt no podrá comprender nunca el sistema del lenguaje, porque entienden el significante, no el significado. «Si no tiene consciencia la máquina no puede entender el mundo», expuso. Martín-Loeches rebatió que el significado es independiente del lenguaje.
Martín-Loeches recalcó que «una cosa es al consciencia y otra es la inteligencia, no son lo mismo. Ante esta afirmación López planteó la pregunta de si es posible ser inteligente sin ser consciente: «Dudo mucho que tenga sentido». El catedrático respondió que «muchas veces decidimos cosas pero sin ser conscientes de por qué y sin saber cuál ha sido la lógica». En cuanto a las capacidades de la IA también hicieron referencia a los sesgos de género. «Corregir estos estereotipos es casi imposible”, aclaró López. Martín-Loeches concluyó con que «la consciencia sigue siendo un misterio». Ambos científicos cerraron el debate con la idea de que «las máquinas necesitarían neuronas para ser conscientes. Se necesita vivir para tener consciencia».