«Los procesos de acreditación aportan valor a la Enseñanza Superior»

ULL

Josep Manel Torres Solá, coordinador de la Evaluación Institucional y de Programas de la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (AQU) impartió ayer, jueves 30 de junio, y hoy, viernes 1 de julio, dos conferencias en la Universidad de La Laguna, dirigidas a los responsables académicos y de gestión de los estudios de posgrados y doctorado del centro docente, en las que detalló la acreditación de titulaciones tal y como se realiza en su organización. A si juicio, este proceso es algo más que un trámite burocrático, pues «aporta valor añadido a los estudios universitarios».

El especialista fue invitado por la Escuela de Doctorado y Estudios de Posgrados, dirigida por Ernesto Pereda. La vista contó con la financiación del Vicerrectorado de Docencia, con cargo al programa institucional de formación del profesorado.

Torres Solá destacó que «estos procesos sirven para que realmente haya una mejora en las titulaciones. Que ayude a reflexionar sobre lo realizado en cada curso académico: lo que funciona y mejorar aquello que presente mayores dificultades».

La AQU lleva funcionado desde hace dos décadas. Inicialmente era un consorcio de todas las universidades catalanas y el Gobierno autonómico, que realizaba informes y sin carácter vinculante. En esa primera etapa trabajaban siete personas. En la actualidad son ya cuarenta y posee competencias de carácter legal sobre los títulos y la evaluación del profesorado.

Aunque es cierto que los procesos de acreditación vienen impuestos desde el estado o la comunidad autónoma, el experto cree que las universidades pueden adoptarlos de manera autónoma. «Yo aconsejaría a las universidades que tuvieran el sistema que les resulte mejor a cada una. El Ministerio o la agencia local correspondiente van a tener su proceso, habrá que ver cómo encajar en ellos, pero siempre teniendo en cuenta que la universidad tiene que resultar beneficiada. Creo que si las instituciones académicas tienen en cuenta que el proceso tiene que servir para la mejora, es fácilmente adaptable a lo que pida la ANECA».

Cultura de la calidad


Torres Solá admitió que la aceptación de la «cultura de la calidad» en la que se inscribe la acreditación no se produce desde el primer día y puede haber rechazo hacia su aspecto burocrático. «Mi objetivo, y creo que el de todas las agencias, es intentar que los procesos no sean burocráticos y que las universidades van la utilidad que tiene para la mejora de sus titulaciones. Es un proceso de aceptación paulatina», subrayó.

La AQU colabora con la Agencia Canaria de Calidad Universitaria y Evaluación ya que forman parte de la red de agencias españolas de calidad, en la cual se intercambian experiencias y se establecen criterios de evaluación comunes: «Lo que hacemos en acreditación es consensuado con todas las agencias. Los criterios los pusimos entre todos y se aplican de manera idéntica en todas las comunidades y por ANECA».

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