Un equipo internacional, con participación de investigadores vinculados al Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Universidad de La Laguna, ha obtenido por primera vez claras evidencias observacionales de que la masa del agujero negro central presente en las galaxias masivas afecta a la formación de nuevas estrellas en ellas a lo largo de toda su vida. Esta había sido una hipótesis ampliamente aceptada, clave en la simulación teórica de galaxias masivas, pero que carecía de confirmación observacional. Los resultados de esta investigación fueron publicados el 1 de enero en la revista Nature.
Los centros de las galaxias masivas se encuentran entre las regiones más exóticas del Universo. Albergan agujeros negros supermasivos con masas en torno a millones e incluso miles de millones de masas solares. Estos agujeros negros son capaces de inducir la caída de abundante material hacia ellos, produciendo así la emisión de enormes cantidades de energía hasta su final inmersión en el agujero negro. Además, durante este período (fase activa de la galaxia o AGN, siglas en inglés de Active Galactic Nucleus), se expulsa material hacia el exterior en forma de chorros a altas velocidades (relativistas) capaces de producir violentos choques con el material que lo rodea.
Luz y partículas
Desde hacía tiempo se pensaba que toda esta emisión (luz y partículas) hacia las partes más externas, así como el crecimiento del agujero negro central, debía influir en la manera en la que estas galaxias forman estrellas dificultando dicha formación. Esta influencia, señala el primer autor del artículo, Ignacio Martín Navarro, quien fue estudiante de doctorado del IAC y de la ULL y, actualmente, investigador de la Universidad de California en Santa Cruz y del Max Planck Institute for Astronomy (Alemania) «nos permitiría explicar relaciones como la existente entre la masa del agujero negro central y la masa total estelar. De hecho, sin esta ‘retroalimentación’, las simulaciones de formación y evolución de galaxias masivas fallan drásticamente tanto en reproducir las propiedades de estas como en el número de galaxias predichas de una masa determinada».
Como resultado de este análisis, explica Tomás Ruiz Lara, investigador del IAC y otro de los autores del artículo de Nature, «encontramos distintas historias de formación estelar para galaxias que albergan agujeros negros de diversas masas. Este hallazgo sugiere de manera clara que, efectivamente, agujeros negros supermasivos centrales son capaces de afectar a la formación estelar a lo largo de toda la galaxia y, es más, que dicho efecto neto depende de la masa de los mismos».
Estos resultados publicados en Nature, de una importancia clave en la astrofísica moderna e intensamente buscados durante los últimos 20 años, ofrecen en definitiva evidencias observacionales a hipótesis ampliamente aceptadas fundamentales para entender cómo se forman y evolucionan las galaxias más masivas.