María Álvarez y Joanne Eames en la entrada del refugio de animales K9. Foto: Yamila H.O.

Las segundas oportunidades existen

Solidaridad

Mi amo lleva toda la tarde haciendo las maletas. Estoy muy ilusionado porque creo que nos vamos de vacaciones. Aunque no vi que cogieras mi comedero y cuenco, donde siempre me das de comer y beber. Me silbaste, ahí sabía que era la hora de subirse al coche para partir hacia nuestra nueva aventura juntos. Después de tanta carretera, llegamos a un área de descanso. Salimos a estirar las piernas y tú cogiste un palo, sabes lo mucho que me gusta ir a por ellos. Lo tiraste. Lejos. Yo solo corrí para no perderlo de vista y devolvértelo, como siempre. Cuando llegué al lugar donde me habías dejado a quién había perdido de vista era a ti.

Te estuve buscando durante varios minutos, horas y días, perdido y solo, pero no te encontré. Pasé varias semanas desorientado y sin rumbo, y una persona vestida de azul me lanzó algo al cuello, no sabía lo que era, pero me tenía inmóvil, me subió a un vehículo y me llevó a una sala donde había otros muchos perros. ¿Sabías que, como yo, más de 285 000 perros y gatos fueron recogidos en el año 2021?, según destaca el Estudio de Abandono y Adopción 2022 de la fundación Affinity. Esto solo demuestra cómo ustedes, nuestros mejores amigos, nos han convertido en una víctima más de la raza humana.

Aunque aún pienso que quedan muchas personas en el mundo como Joanne Eames, mánager del Refugio de Animales K9, situado en el municipio de San Miguel de Abona. Empezó como voluntaria en 2002 gracias a su madre Hazel, directora del refugio desde hace años. Un trabajo que no está hecho para todo el mundo. Ahora tiene 26 años y echa la vista atrás para ver cómo ha crecido el lugar, la ayuda, y sobre todo, la concienciación con el asunto del abandono.

Una historia que sigue reescribiéndose paso a paso


El K9 fue fundado en 1993 por Elsie Clinton, una mujer de procedencia británica que se mudó a la Isla en los años 90. Este es el motivo por el que su nombre proviene de un juego de palabras inglesas, se pronuncia «keinine», una forma de abreviar canino en inglés que es canine. Esta, junto a un grupo de personas que también querían ayudar, empezaron desde sus casas a cuidar animales, recogerlos, buscarles casas nuevas e involucrarse en este problema que ya convivía con ellas en sus tiempos y que aún sigue entre nosotros.

Poco a poco se fue avanzando hasta que se pudo conseguir un sitio adecuado para continuar la labor. «Pudimos alquilar el lugar en el que estamos que permitió rescatar muchísimos más animales de los que se podían antes, uno siempre está más limitado al trabajar desde casa», indica Eames. Posteriormente, abrieron una tienda de productos de segunda mano en Alcalá. Artículos de decoración o ropa se venden a un precio asequible, siendo uno de los apoyos económicos fundamentales para el refugio.

La mánager cuenta que los fondos procedentes de la tienda facilitaron la compra del solar hace dos años. Ahora, al ser adquirentes del terreno han podido obtener privilegios que antes no tenían como construir un muro de retención o tener un suministro propio de agua, mientras anuncia que «estamos trabajando para hacer mejoras y tenemos en mente construir una zona de ejercicio para los perros».

«Los costes salen desde nuestros bolsillos, por eso nos vemos obligados a cobrar una tasa de adopción», comenta. Eames explica que no es por el animal que la gente está pagando, sino por todos los costes que conlleva tenerlo. Esto les permite a ellos seguir ayudando, si no se irían a la quiebra. Además, las puertas están abiertas para todos y aún esperan recibir más ayudas.

«Cuantas más personas estén involucradas en este proyecto mejor para nosotros, para los perros y para el futuro del abandono animal»


El refugio cuenta con una capacidad para cobijar setenta perros y cincuenta gatos. Sin embargo, la mánager estima que en su momento llegaron a tener 120 perros, aunque ahora mismo puede haber en torno a cincuenta. En relación a los gatos, expresa que actualmente viven cerca de quince gatos adultos y cuarenta crías en el refugio, de entre los cincuenta o setenta que han llegado a acoger en distintas épocas.

El número de adopciones varía cada mes. «Nos pasa muchas veces que hay perros que son adoptados antes de Navidad y después son devueltos», confirma Eames. Lo que suele ocurrir con mayor frecuencia es que un animal salga siendo un cachorro y regrese un año más tarde al refugio. A pesar de esto, han tenido años donde alrededor de 300 perros han sido adoptados, sostiene mientras añade que ha habido meses en los que la cifra ha ascendido a más de cincuenta.

La cantidad de entrada y de salida suele ser parecida. Siempre hay más perros esperando para entrar y otros para salir, es un ciclo que no deja de repetirse. Además, afirma que la mayoría de los que salen son, sobre todo, pequeños, «es verdad que notamos una gran diferencia, tenemos muchos grandes y la gente no los adopta tanto». Joanne Eames anima a toda persona que quiera adoptar a que le dé una oportunidad a un perro grande, ya que no por ello son diferentes.

Las redes sociales han supuesto un impulso para el refugio. Así lo afirma la mánager, quien destaca su contribución a la hora de que las personas puedan ver imágenes de los animales, incitándoles incluso a visitar el refugio o colaborar con las adopciones. «Lo que me hace ilusión es ver cómo cada vez tenemos más influencia en ellas», asegura mientras destaca que las personas pueden estar ayudando al compartir una foto porque «cuantas más personas estén involucradas en este proyecto mejor para nosotros, para los perros y para el futuro el abandono animal».

Fachada de las instalaciones del K9. Foto: Yamila H.O.

«El voluntariado es importante porque son animales que pasan veinte horas al día en una jaula» 


«Nosotros estamos abiertos a personas voluntarias de forma ilimitada. La gente puede venir y sacar los perros a pasear todos los días desde las 9.30 a las 13.30 horas», señala la mánager. Cuestión primordial, puesto que permite que los perros puedan salir de las jaulas. Además, esto posibilita que las personas trabajadoras puedan limpiar sus respectivos espacios, ya que no tienen ese tiempo mientras están dentro del lugar.

El vínculo que existe entre el perro y el ser humano es el más duradero de la tierra. Por ello, una vez que se realice el voluntariado de manera habitual y llegue a conseguirse ese vínculo, el refugio permite que se lleven a los animales de excursión. «Es increíble porque es un estímulo mental diferente para ellos y es algo que les aporta mucha felicidad», asegura.

«El voluntariado es importante porque son animales que pasan veinte horas al día en una jaula», confiesa. No solo esto, sino que también ayuda con el tema de la concienciación, puesto que la gente debe entender que no son animales problemáticos. Y es que, a la mayoría de los perros simplemente la vida no les ha dado la oportunidad que se merecen, y muchas veces son por circunstancias ajenas a ellos.

Jamie esperando a los voluntarios para salir a pasear. Foto: Yamila H.O.

«Esto para mí es una terapia y es lo mejor que me ha pasado en la vida. Tengo que venir todos los fines de semana porque, si no, me falta algo»


María Álvarez es voluntaria del K9 desde hace nueve años. Tiene dos perros y tres gatos y todos los fines de semana acude al refugio para ayudar. Para ella, el voluntariado es una experiencia enriquecedora porque «no solo conoces a gente, te pones morena o haces cardio, sino que también los haces felices a ellos y ellos te hacen feliz a ti. Son cinco cosas metidas en una».

«Esto para mí es una terapia y es lo mejor que me ha pasado en la vida. Tengo que venir todos los fines de semana porque, si no, me falta algo», confiesa. El voluntariado puede cambiar las vidas tanto de los animales como de las personas, esto es lo que le ocurrió a Álvarez. A ella le gusta mucho ir a la playa desde muy temprano, pero cuando empezó de voluntaria en el refugio dejó de ir, ya que cierran a las 14.00 horas. En este sentido, piensa que los perros la necesitan y que la playa está ahí siempre. Por ello, anima a todo el mundo a que vayan a probar la experiencia y asegura que querrán repetir.

«Al final todo lo que hacemos es por ellos, para que puedan vivir la vida que se merecen»


Por último, Joanne Eames lanza un mensaje para todas esas personas que estén pensando en tener a uno más en la familia: «En vez de comprar consideren la opción de adoptar, les animo a que vengan aquí o a cualquier otro refugio, que colaboren y se informen». La mánager reconoce incluso que todo lo que hacen por los peluditos es para que puedan vivir la vida que se merecen.

Si las mascotas hablaran, nos explicarían que se siente al ser despreciado, maltratado o echado a la calle por la persona que más quieren en el mundo. Sabemos que ellos estarían dispuestos a dar todo por nosotros, por ello debemos de demostrarles que nosotros también por ellos. Porque cuando miras a los ojos a un animal abandonado ves el amor que un día dio y que no valoraron, pero aun así también ves el amor que sigue dispuesto a dar y eso llega más al corazón que cualquier otra palabra que, si pudieran, intentaran explicar.

Estamos acostumbrados a juzgar un libro por su portada sin conocer su historia. Este problema es de todos y todas. A nadie le gustaría terminar su existencia en una jaula, en la calle o atado en una finca, entonces, ¿por qué ellos sí deberían de hacerlo? Tantas personas que se encuentran en la absoluta soledad y tantas mascotas que solo buscan un amo al que hacer compañía. Ellos son los que se merecen más que nada que les demos una segunda oportunidad.

Estudiante de tercero de Periodismo en la ULL. Amante de la investigación y los sucesos. "Para escribir solo hay que tener algo que decir" ;)

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