La Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) de la Universidad de La Laguna ha presentado una patente que mejora las propiedades térmicas de los hormigones no estructurales. Esta invención, desarrollada por Eduardo González Díaz, doctor en Ingeniería Química por la Institución académica, se consigue gracias a que a este material se le induce un residuo de pellet de poliuretano (PUR-pellet) que se extrae del reciclaje de frigoríficos.
El descubrimiento permite sustituir de forma parcial o total el lapilli basáltico de origen volcánico, más conocido en Canarias como picón, que se emplea en la fabricación de hormigones no estructurales. Esta sustitución parcial de lapilli por un 25 % de PUR-pellet mejora el comportamiento como aislante térmico hasta en un 38 % en relación a los hormigones que solo contienen lapilli, y hasta en un 64 % en el caso de la sustitución total.
El residuo que se emplea procede específicamente de la espuma de poliuretano que poseen los frigoríficos. Durante el proceso de reciclaje de estos dispositivos, y después de una fase previa de separación manual de algunos componentes, se tritura el resto del refrigerador y se separan los materiales. Uno de ellos es una espuma de poliuretano que se procesa para obtener el propelente (gas) y finalmente queda en forma de pellet (gránulos) que se almacena en grandes bolsas.
Contribuye al cuidado del medioambiente
González Díaz reconoce que la producción anual de este residuo, que se extrae del reciclaje de frigoríficos en el Archipiélago canario, no cubrirá la demanda de áridos necesaria para la producción de hormigones no estructurales en las Islas. Sin embargo, el descubrimiento contribuye al cuidado del medioambiente, puesto que ayuda a reducir el agotamiento de los “escasos recursos naturales” de los que se dispone en Canarias, además de aportar “un material de construcción con mejores prestaciones desde el punto de vista térmico”.
Más allá de los beneficios medioambientales, la patente supone un beneficio en el aumento de superficie útil en la vivienda, debido a que el mejor comportamiento térmico de este material permite una reducción de los espesores del cerramiento en la edificación.
Ya se han realizado distintas pruebas centradas en la elaboración de un primer prototipo de bloque. Este prototipo confirmó que el material puede ser integrado en las líneas de producción industrial de prefabricados de hormigón. Incluso, el investigador de la Universidad de La Laguna constató que las mezclas de hormigón con PUR-pellet pueden ser empleadas en otras aplicaciones como atezados o en el relleno de hojas intermedias en soluciones constructivas de la envolvente térmica de los edificios.
Actualmente se continúa probando el material sobre todo desde el punto de vista acústico. Si se confirmase que su comportamiento en este sentido es favorable, se podría ampliar el abanico de posibles aplicaciones.
Aunque aún no tienen una empresa específica interesada en la patente, González Díaz considera que este hormigón no estructural puede ser fácilmente integrado en las líneas de producción industrial de prefabricados. En concreto, el interés llegará por parte de empresas que desarrollan acciones socialmente responsables con el medio ambiente o estudios de arquitectura e ingeniería que llevan a cabo sus proyectos en base a principios de una arquitectura más sostenible.