La endometriosis o también bautizada como la «enfermedad silenciosa», es una afección causada por el crecimiento del tejido endometrial en el exterior del útero. Generalmente se desarrolla en áreas como los ovarios, las trompas de Falopio o alrededor de estas. Cualquier tejido que esté en el lugar equivocado crece y sangra cada mes con su período menstrual. Ese sangrado puede desembocar en hemorragias que hacen que crezca el tejido cicatricial, lo que dificulta las posibilidades de embarazo. Esta afección se manifiesta en forma de dolencias a la hora de ovular, menstruar y mantener relaciones sexuales. En el peor de los casos el dolor podría ser invalidante.
A pesar de que ya se describió la enfermedad sobre el 1800, hoy en día sigue siendo muy desconocida. Se barajan diversas hipótesis que explican su origen: menstruación retrógrada, mal funcionamiento del sistema inmune, factores genéticos e incluso las hormonas presentes en la alimentación de los animales que consumimos. La teoría más firme postula que cuando se menstrua parte de esa sangre, mezclada con mucosa endometrial, accede mediante las trompas a la cavidad abdominal. Allí se implanta y, si la mujer tiene tendencia de debilidad inmunitaria, existe la posibilidad de implantarse estas islas de tejido endometrial y menstruar en el interior del propio cuerpo.
«Es un dolor crónico que el cuerpo humano no resiste»
«Te limita en todos los sentidos, es un dolor que el cuerpo humano no resiste, es crónico», dice Cristina Cáceres, diagnosticada con endometriosis desde los 18 años. Aparte del suplicio físico, asegura cómo esta patología afecta psicológicamente. En su caso, la excesiva cantidad y variedad de fármacos y medicamentos recetados causó que fuera diagnosticada con depresión durante un periodo. «Te recetan un montón de pastillas que no te calman y que afectan al resto del organismo. Una vez me pusieron un tratamiento, el anillo anticonceptivo. Estuve 48 días con la regla e ingresaba cada dos días en Urgencias», afirma.
Además, la joven tinerfeña confiesa cómo los exámenes médicos son muy dolorosos: «Estás hinchada y, por ejemplo, a la hora de palparte, duele mucho. Simplemente con tocarme había veces que le tenía que decir al médico que parase. Una simple prueba duele, es como si fueras intocable por dentro y por fuera». Además, la paciente describe que «ha tratado con todo tipos de medicaciones, hasta con pastillas que son derivados de morfina. Ahora mismo lo único que me funciona es ir a urgencias. Me pinchan o me ponen una vía con suero y estoy un par de horas con medicamentos».
«No hay fármacos o técnicas que reduzcan la probabilidad de su aparición»
Delia Rosa Báez y Rubí Nieves Rodríguez, ambas doctoras por la Universidad de La Laguna (ULL) y especializadas en el área de Obstetricia y Ginecología, hablan sobre las peculiaridades de la endometriosis. A pesar de que el 20 % de las que sufren de esta indisposición son asintomáticas, el diagnóstico se realiza por la clínica: hemorragia uterina anómala, esterilidad y dolor con las menstruaciones y relaciones sexuales.
Una vez que se intuye la sospecha de estar ante una paciente con endometriosis, se procede a la exploración ginecológica y una ecografía. Si se precisa, se realizará una resonancia magnética y la laparoscopia con biopsia de las lesiones. «Es una enfermedad progresiva, con una velocidad de avance variable e impredecible. Por el momento, no hay medicamentos o procedimientos que reduzcan la probabilidad de padecerla. Teniendo en cuenta que desconocemos cual es su causa, no se puede prevenir», dice la doctora Rodríguez.
«No es lo mismo el tratamiento en una paciente que ya ha sido madre que en una joven sin hijos»
¿Cuáles son las opciones actuales de tratamiento hormonal para la endometriosis? En primer lugar, se debe tener presente cuáles serían los objetivos del tratamiento: disminuir los síntomas, restaurar la fertilidad, eliminar la endometriosis visible y evitar su progresión. «El tratamiento cambia en función de si la paciente ya ha sido madre o es una joven sin hijos. También dependerá de los síntomas, la edad y los deseos reproductivos de la misma. La medicación es hormonal en el caso de que la mujer no desee gestar», aclara Rubí Rodríguez.
Las razones por las que la endometriosis produce esterilidad pueden ser varias. Desde una inflamación en el abdomen , que impide la unión del óvulo y el espermatozoide; adherencias pélvicas, que dificultan el movimiento normal y obstruyen las trompas hasta una secreción de sustancias no habituales en el abdomen, que afecta el proceso normal de fertilidad. Esto último demuestra la realidad de que no todas las mujeres con endometriosis tienen esterilidad. Lo más aconsejable en estos casos es consultar a un equipo ginecológico y, si este lo cree necesario, la remitirá a una unidad de reproducción.
En lo referido a las técnicas de reproducción asistida, si es una paciente joven, con pocos meses de esterilidad y un pequeño endometrioma, se podría hacer una inseminación. En el resto de las afectadas se indicaría la realización de una fertilización in vitro (FIV) o una inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). Por su parte, la doctora Delia Báez añade la preservación de la fertilidad, donación de ovocitos o la adopción de embrión como métodos alternativos.
En la actualidad, el papel de la intervención quirúrgica en endometriosis queda reducida a los casos de dolores irresistibles. Si la mujer no desea gestar y el cuadro es severo, la cirugía es la solución. Sin embargo, especialistas en Ginecología y Obstetricia recomiendan acudir un equipo profesional, que, si lo considera indicado, prescribirá anticonceptivos para suprimir la actividad hormonal en lo posible.
Delia Báez aconseja a aquellas que padecen endometriosis otros métodos como la fisioterapia de suelo pélvico, la buena nutrición, una vida sexual sana y, por supuesto, el apoyo psicológico con ayuda profesional.