En esta última edición de Inspíreme, celebrada en el Teatro Guimerá ayer viernes, 22 de marzo, se demostró que los jóvenes no están perdidos y que las formas de crear han trascendido a las habituales. El teatro, normalmente formal, se transformó en un espacio de libertad de expresión y de ser. Lo que en realidad sería una utopía para la sociedad fue representado de 15.30 a 20.30 en casi siete horas de ponentes y espectáculos. Se habló del amor, ciberseguridad, asperger, el trap, la industria y las nuevas formas de crítica política. Todo ello, acompañado con las voces de Cristina Mahelo, al son feminista, Léiros Superficial en su primera actuación y Samantha con canciones en las que abordó temas de nuestra sociedad desde un tono satírico.
Adictos, una distopía que siembra el caos en la humanidad
Una obra de teatro que mezcla la actualidad tecnológica con una temática futurista se presentó el