«Estoy convencido que la ilustración de la ciencia puede plantear nuevas preguntas»

Artes y Humanidades

Drago Díaz abre las puertas al FabLab de la ULL en la Facultad de Bellas Artes. Ubicado en la tercera planta del edificio, este proyecto lleva desde el año 2014 suponiendo una suma de conocimientos científicos y artistícos, así como de innovación I+D, en la comunidad universitaria. Su filosofía: “Somos transversales, nos alejamos de lo disciplinar ya que si dependemos de estructuras rígidas y estáticas, desaparecemos, por ello, nos desarrollamos en tejido en red, lo cual es un aliciente y una ventaja para adaptarse”.

El FabLab se encuentra ubicado dentro de la red internacional FabFundation, a la cual pertenecen desde 2016, cuya misión es generar tecnologías de diseño y fabricación digital. “Cada fablab se adapta a las necesidades del lugar en el que se crea y a las disciplinas que se incorporan en su campo de trabajo”, apunta Díaz, coordinador y director del proyecto. La idea surgió en las Navidades de 2013 tras visitar el FabLab de Barcelona. «Entonces, constituimos oficialmente el laboratorio, con una fresadora y nada más”, recuerda.

“Sigo pensando que somos el único laboratorio en la universidad española que se dedica a generar material científico de divulgación con esta tecnología. Aparecerán más, seguro, pero estamos aquí”, relata ilusionado. Su labor y esfuerzo han llevado a que, junto a ello, el proyecto se constituya en un centro SEGAI y, a la vez, en un centro universitario de investigación. “La gente que trabaja aquí viene de diferentes áreas, como la Arquitectura Técnica, la Ingeniería y las Bellas Artes, o la Biología Molecular”.

“Somos el único laboratorio en la universidad española que se dedica a generar material científico de divulgación con esta tecnología»


Este compendio se traduce en la labor fundamental del equipo: “El desarrollo de herramientas de divulgación de aprendizaje de contenido científico utilizando las tecnologías gráficas avanzadas como es el modelado e impresión 3D”. Una muestra de ello es el audiovisual que han preparado junto a  Agustín Valenzuela, profesor de Inmunología y especialista en VIH: “Hablando sobre las necesidades de representación en Biología, vimos que necesitaba material sobre estas representaciones y pensamos que podíamos hacer algo interesante. Fue el primer producto que salió del laboratorio».

Las imágenes de Google parecen haber llegado a su fin o, por lo menos, se necesita “una interpretación más adecuada, ya que nos dimos cuenta de que había una necesidad en este campo, en la de la representación para el aprendizaje y la enseñanza”. Díaz lo ve claro: “Estoy convencido que la ciencia puede replantear nuevas preguntas”.

Esteban Amador, técnico del FabLab, utiliza su labor diaria y la convergencia entre arte y ciencia como material para su tesis doctoral. “El arte es muy creativo, pero vemos que también hay un espacio para la creatividad en la ciencia, y de esta forma, se llenan muchas zonas grises, incertidumbres, incógnitas, con las que trabajan los científicos en su día a día, a las que tienen que enfrentarse con el uso de la intuición”, explica.

El FabLab realiza también diversos cursos de formación con la FGULL y en sus instalaciones se realizan prácticas, tanto de alumnos egresados como de otros grados, por lo que cumple con una función de mejora de calidad docente en la ULL.

Instalación FabLab ULL. Foto: Carla Rivero

“Aquí vino el presidente del Gobierno de Canarias a hacerse una foto… Pero no lo he visto más”


Este organismo ha cooperado con otras instituciones como el Instituto Pasteur de París o el Instituto de Astrofísica de Andalucía así como el de Canarias. A este último le ha diseñado lo que será el nuevo European Solar Telescope (EST), el telescopio que será instalado en la isla de La Palma suponiendo así uno de los avances tecnológicos y científicos más importantes del Archipiélago, cuyo vídeo se publicó hace unos días.

Sin embargo, la actividad aumenta y la financiación sigue siendo la misma. “Aquí vino el presidente del Gobierno de Canarias a hacerse una foto… Pero no lo he visto más”, dice Díaz encogiéndose de hombros. Ahora mismo, el FabLab se sustenta de la financiación de la ULL como institución desinteresada y de las labores que realiza como servicio SEGAI a otras empresas o a título propio. “Nos llegan encargos de maquetaciones o modelajes en 3D para trabajos de fin de grado o máster», también para empresas como la productora La Mirada o Fundición Bronce.

“La comunidad es muy grande, y eso que antes estábamos abajo en la Cervecera… La visibilidad es difícil porque tampoco tenemos grandes recursos, tenemos a Esteban, que es un técnico contratado por la ULL, nosotros, los profesores, que estamos aquí si no estamos dando clases. Es tiempo que sacamos”, explica su director. “Si fuéramos potentes económicamente podríamos contratar publicidad, movernos más… Tener personas fijas. Pero la calidad y el precio nos hacen competentes”, subraya.

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