Inmaculada León Santana, profesora de Psicología e investigadora en el Instituto de Neurociencia de la Universidad de La Laguna, pronunció ayer 17 de mayo su conferencia sobre Bases neuronales e insensibilidad en el maltrato materno. Esta charla se recoge dentro de las secciones del Pint of Science y fue expuesta en el bar Café 7 del municipio lagunero.
La ponente comenzó su disertación comentando que “el comportamiento maternal es transversal a las culturas, a las clases sociales, a los niveles económicos e incluso a muchas especies animales”. Por ello, es de suma importancia conocer cómo la desatención o las malas conductas pueden afectar a los hijos. Hasta ahora, se ha determinado que “si una progenitora tiene pocas muestras afectivas puede crear alteraciones biológicas, neuronales, e incluso genéticas”, afirmó.
“Se han descubierto los efectos devastadores que tiene el maltrato en la psicología humana y en el nivel cognitivo”, comentó la investigadora. Como ejemplo, indica que los niños que sufren estos tipos de daños muestran menor coeficiente de inteligencia y más fracaso escolar. Además, incluso en el nivel más básico, en el emocional, se presentan trastornos como la dificultad para afrontar el estrés, lo cual crea una gran vulnerabilidad en los individuos.
León Santana apuntó también que las personas que han pasado por estas situaciones sufren más exclusión social. Esto se debe a que no han aprendido a adaptarse al entorno con normalidad. Asimismo, señaló que estas tienen más posibilidades de sufrir efectos negativos sobre su salud y metabolismo. “Esta realidad se relaciona con enfermedades como la obesidad visceral o la intolerancia a la glucosa”, determinó, a lo que sumó que “muchas veces se desarrollan de manera silenciosa en la sociedad”.
El resto de la conferencia estuvo focalizada en el maltrato por negligencia. Según la psicóloga, este tipo ocupa el 70% del trabajo de los servicios sociales y abarca condiciones como vivir sin vacunas, sin ir al médico, faltar regularmente al colegio o no recibir afecto.
Para mostrar mejor los efectos de este problema, la docente se basó y comentó varias investigaciones animales. Se considera que los primeros cuidados de una cría, cuando nacen, son fundamentales para su desarrollo. “La capacidad de rapidez para salir de un laberinto es como el test de inteligencia de las ratas”, aclaró la ponente, “y se ha comprobado que las crías menos acicaladas por sus madres en los momentos iniciales son más torpes y lentas”. Esto quiere decir que, al igual que los niños desatendidos, crean conexiones neuronales menos densas en el hipocampo, región clave para el aprendizaje y la memoria.
Para concluir, León Santana hizo acopio de una de las cuestiones que agravan el problema del maltrato. “No solo preocupa que se produzcan todos esos cambios fisiológicos y mentales en los animales o en los niños, sino que se ha confirmado que estos heredan esas conductas y luego las transmiten generacionalmente”, indicó. Añadió que, sin embargo, hay pequeños cambios que pueden cerrar ese ciclo y, por ello, su campo de investigación busca medidas para paliar estas situaciones.