Malpaís de Güímar, la recuperación de una erupción volcánica

Medioambiente

La Universidad de La Laguna, en coordinación con el Ayuntamiento de Güímar y el Cabildo de Tenerife, presentó los días 27 y 28 de octubre unas jornadas sobre concienciación ambiental. El miércoles 27 hubo un foro online presentado por Edgar Pérez Herrero, director de Secretariado de Sostenibilidad y Campus Saludable y profesor titular del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología Farmacéutica de la ULL. En esta conferencia participaron María Candelaria Martín Luis, geóloga y especialista en fenómenos volcánicos, y el catedrático en Ecología en la ULL, José Ramón Arévalo Sierra.

El objetivo principal de las ponencias fue fomentar la conciencia ambiental en la comunidad universitaria a través de los valores de la naturaleza, geológicos, paisajísticos y culturales de la Reserva Natural Especial del Malpaís de Güímar. Además, la comunidad investigadora realizó una comparativa entre la explosión de Montaña Grande, hace diez mil años, y el volcán activo de Cumbre Vieja.

María Candelaria comenzó la exposición presentando «las formas y productos resultantes» de la erupción volcánica de Montaña Grande. Explicó las diferencias actuales más significativas dentro del Malpaís de Güímar, destacando la zona de el cono. En este espacio hubo una acumulación de material piroclástico de proyección balística. Esto significa que, los materiales explotaban direccionándose sin rumbo y arrasando con el entorno.

«Podemos predecir su comportamiento, pero no su tiempo eruptivo, ya que nada es seguro»


La doctora Martín, además, explicó cómo se producen los campos de lava. Estos fenómenos surgen desde las bocas eruptivas de los volcanes y discurren sobre las plataformas preexistentes, cubriendo una extensión de unos 5 kilómetros cúbicos de superficie. Durante la explosión de Montaña Grande, la lava desembocó en el mar haciendo retroceder la línea de costa hasta 100 metros. Con el pasar del tiempo, estos campos crean canales lávicos y jameos.

Respecto a la situación actual de La Palma, la doctora aseguró que es importante evadir las preguntas relacionadas con el tiempo. «Esperemos que no sea como la erupción del Timanfaya, en Lanzarote, que duró seis años. Estaría dentro de lo posible, pero es menos probable», señaló María Candelaria. Añadió que «podemos predecir su comportamiento, pero no su tiempo eruptivo ya que, nada es seguro».

José Ramón Arévalo Sierra centró su presentación en la historia de la restauración en el Malpaís de Güímar. Para ello, primero realizó una introducción sobre este paraje. Explicó la razón de sus temperaturas tan características, pero fundamentales para su conservación; su clima árido, similar al de un desierto, y sus suelos altamente salinos. En cuanto a su flora, mostró las 62 especies de líquenes y 210 fanerógamas, de las cuales 31 tipos eran provenientes de Canarias. Predomina una fauna reptil, con más de 400 invertebrados y 14 endemismos canarios.

«Los impactos los provocan los humanos, no los volcanes»


Arévalo Sierra también se pronunció respecto al problema de la fauna invasora. En la actualidad, hay cinco tipos de grupos animales que perjudican la reserva. Entre ellos destacan los conejos, ratones y ratas. Sin embargo, opinó que la aparición de los gatos salvajes no es tan perjudicial para el entorno.

Sierra quiso dar una visión más actual sobre los nuevos problemas que han afectado el paraje, entre ellos, uso público de un territorio protegido. Un ejemplo es la reconocida Romería del Socorro, esta celebración consiste en la peregrinación de la ciudadanía desde la plaza de San Pedro el día 7 de septiembre, hasta la zona costera de El Socorro. Este camino congregó en 2019 más cien mil personas, y muchas de ellas se introdujeron en el Malpaís para atravesar sus senderos y subir la montaña. Tras estos actos se prohibió la entrada de peatones en esta zona, pues perjudica el terreno.

En relación a Cumbre Vieja, el investigador consideró que el terreno arrasado por la lava «volverá a ser habitable después de varias generaciones». No obstante, cree que el espacio se convertirá en un malpaís similar al que encontramos en Güímar ya que, el terrenal volcánico es uno de los territorios más fértiles del Planeta. «No podemos decir que haya provocado un impacto ecológico una actividad volcánica porque es una acción natural. Los impactos los provocan los humanos, no los volcanes», subrayó.

Reserva Natural Especial del Malpaís de Güímar. Foto: S. García

El jueves 28 de octubre tuvo lugar un taller práctico de dos horas y media, desde las 10.00 horas hasta las 12.30, que tuvo lugar en la Reserva Natural Especial del Malpaís. La ULL trasladó a los visitantes desde Guajara hasta el Puertito de Güímar, donde comenzaron el sendero.

El objetivo de la actividad fue educar en hábitos y actitudes correctos para su conservación. Además de admirar la capacidad de la naturaleza para recomponerse tras una erupción volcánica tan devastadora como la actual en Cumbre Vieja.

 

 

 

 

 

 

 

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