El crossfit es un proceso de acondicionamiento físico en el que se trabaja la fuerza, velocidad, precisión, coordinación, flexibilidad, resistencia muscular, equilibrio, agilidad, potencia y resistencia cardiovascular. A los centros de entrenamientos se les llama box y no son como los típicos gimnasios. Están llenos de cuerdas, sacos, balones, ruedas de camión, cajones, discos y barras.
En las clases se empieza con el calentamiento, seguido de ejercicios de técnica o fuerza, luego se realiza el Wod o trabajo del día, en el que se combinan ejercicios gimnásticos, de levantamiento olímpico y de acondicionamiento metabólico. Es la rutina de entrenamiento que tienen que llevar a cabo los crosfiteros y, por tanto, el elemento esencial. Por último, se estira para evitar cualquier tipo de lesiones. Junto a las clases, existe el Open Box, un tiempo para practicar por tu cuenta la técnica, algún ejercicio o un Wod.
Harum León Santana cursa Económicas en la ULL y comenzó hace un año en el box de Bestial Crossfit, «aburrido de la rutina de los gimnasios», explica. En los entrenamientos se sufre pero a este joven estudiante le compensa pasarlo mal en algunos momentos. «Este deporte me lo aporta todo y, aunque es muy duro, se puede adaptar a cualquier persona», concluye. También valora el trabajo en grupo, conocer gente y el buen ambiente. Además, destaca que lo importante para practicar esta disciplina deportiva son «las ganas de mejorar día a día y tener constancia».