El nuevo sustitutivo para la higiene femenina. Foto: PULL

La copa menstrual: conoce sus ventajas e inconvenientes

Ciencias de la Salud

La copa menstrual es un recipiente de silicona médica que se introduce en la vagina durante el periodo y que recoge el flujo de la regla en lugar de absorberlo, siendo reutilizable después de cada uso. Se adapta a las paredes vaginales en todo momento y, dependiendo de la cantidad de sangre que expulse cada mujer, se puede llevar hasta 12 horas en el interior. Para Juan Mario Troyano Luque, catedrático y profesor de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de La Lagunasu fundamento radica en la recolección de sangre endometrial «evitando su salida al medio externo y extrayéndolo secuencialmente, para volver a ser reutilizado las veces que se precise, tras vaciar el contenido sanguíneo y lavar adecuadamente en cada reutilización”.

 Este producto se está popularizando cada vez más como sustituto a las medidas corrientes como son los tampones y las compresas. Esto se debe, sobre todo, a que las copas vaginales son más económicas y ecológicas, ya que se pueden reutilizar durante varios años sin necesidad de comprar otra. Sin embargo, existen dudas sobre si son una buena opción o si son seguras para la mujer.

Una de las razones por la que algunas mujeres han empezado a utilizar la copa menstrual es para evitar contraer infecciones como “el síndrome del shock tóxico”, asociado con el uso del tampón al servir como medio de cultivo para las bacterias por la sangre acumulada; o candidiasis, infección que se da cuando las bacterias buenas de la vagina no pueden mantener el hongo candida albicans bajo control. Respecto a esta afirmación, Troyano comenta lo siguiente: “Toda mujer expuesta por su actitud o hábitos sexuales a coitos de riesgo y, por tanto, a enfermedades de transmisión sexual, tiene una mayor incidencia a agravar patologías con el uso de tampones menstruales, y más aún si mantiene por periodos superiores a 8 horas el uso de los mismos sin cambiarlos”.

Los materiales


No obstante, el ginecólogo asegura que el material de los tampones resulta inocuo para la salud de la mujer y que el único problema sería alguna alergia a los componentes. Lo mismo ocurre con las compresas, no son perjudiciales, pero una mujer que pasa mucho tiempo sentada (debido a su profesión, por ejemplo) con una toalla higiénica puesta puede tener dificultades en la aireación genital, lo que puede facilitar las infecciones. 

De igual forma, las mujeres portadoras de enfermedades de transmisión sexual también deben tener cuidado al usar la copa menstrual, pues si se mantiene llena por mucho tiempo «puede servir también como un caldo del cultivo favorecedor y agravante de infecciones”, asegura el profesor. La salud sexual y la higiene adecuadas son imprescindibles para el uso habitual tanto de los métodos tradicionales como de copas vaginales.

Una de las preguntas frecuentes es a qué edad puede utilizarse la copa menstrual y si se puede usar antes de haber tenido relaciones sexuales. A esta cuestión, Troyano comenta que depende, en parte, del tipo de himen de la mujer, pero que la presencia de uno permeabilizado tras el coito facilita su aplicación. “En cualquier caso, y en función del tipo anatómico de membrana virginal si este adopta la forma semilunar o en ‘diafragma’, no ofrecerá impedimento para su uso antes de haber iniciado relaciones sexuales”, afirma a la vez que asegura que un virgo fibroso o fenestrado hará muy difícil, por no decir imposible, la introducción.

Ventajas y desventajas


Por una parte, la copa menstrual tiene muchas ventajas, pues resulta más económica, dura varios años, al ser hipoalergénicas son inofensivas para el organismo, no causa sequedad, no daña al medio ambiente, etc. Pero, por otra parte, al principio puede resultar difícil su colocación, la limpieza puede ser complicada si se encuentra en un baño público y el proceso de extracción y rehigieniciación para ser reutilizado puede ser un inconveniente metodológico, ya que obliga a lavarlo y eliminar todos los restos sanguíneos y al final de la menstruación esterilizarla.

“Es un procedimiento factible y que se usa en función de la comodidad de la mujer que lo desea, pero no justifica el cambio radical eliminando a los otros procedimiento”, explica Troyano. Asimismo, recomienda a las mujeres que quieran empezar a usar la copa menstrual “que se sometan previamente a una exploración ginecológica y más si no han tenido relaciones sexuales previas, ya que el especialista le informará sobre la factibilidad del método según el tipo de himen que tenga”.

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