Beneharo Rojas juega en el CD Tenerife C y estudia Educación Primaria en la Universidad de La Laguna. Su carrera está marcada, a sus 21 años, tanto por la ilusión como por los obstáculos. Empezó como jugador en el Sporting Tenerife, donde su buen rendimiento despertó el interés de clubes como el Girona y la U.D. Las Palmas. Fichó por el equipo amarillo en 2020, donde vivió una temporada prometedora hasta que una grave lesión frenó su progresión. La U.D. Las Palmas no contó con él después de recuperarse. Rojas regresó a su isla natal y destacó en equipos como el C.D. Sobradillo y el C.D. Laguna. Finalmente, firmó con el C.D. Tenerife en 2023. Ahora, cuando comenzaba a recuperar su mejor nivel, sufrió otra rotura del ligamento cruzado.
¿Cómo estás llevando esta nueva lesión? «Está siendo durísimo. Mucho más que la primera. Estaba en un momento muy bueno, tanto a nivel físico como de confianza, y mentalmente me sentía preparado para aprovechar cualquier oportunidad. Pero ahora toca otra vez parar».
¿Qué papel tiene la cabeza en estos momentos? «La cabeza lo es todo en este deporte. Puedes estar muy bien físicamente, pero si no estás fuerte mentalmente, no avanzas. Yo agradezco mucho lo que viví en la U.D. Las Palmas, porque allí trabajan muy bien el aspecto psicológico. Especialmente Roberto Arocha, el director de captación. Siempre se sentaba conmigo a hablar. Ese acompañamiento fue clave para mí».
«No todo se basa en técnica y táctica»
¿Crees que se le da la importancia necesaria al aspecto mental en el fútbol base? «Todavía falta mucho. Hay jugadores con muchísimo talento que no llegan porque no se les prepara para los momentos malos. Hay que trabajar eso desde abajo, como parte de la formación del futbolista. No todo es técnica y táctica».
¿Cómo estás compaginando la universidad con el fútbol? «Me costó bastante al principio por los horarios, pero ahora ya tengo más estabilidad. Las clases por la tarde me permiten entrenar y estudiar sin agobios. Estoy muy centrado y la carrera la llevo bastante bien».
¿Por qué decidiste estudiar Magisterio? «Porque siempre he tenido mucha conexión con los niños. Se me da bien estar con ellos, tengo paciencia, y siento que es mi vocación. Me veo feliz dedicándome a eso en el futuro».
¿Qué mensaje darías a otros jóvenes que quieran compaginar estudios y deporte? «Yo les diría que se puede lograr. Todo requiere esfuerzo y organización. Pienso que si uno está bien psicológicamente, puede rendir en ambas cosas. La clave está en tener claro lo que uno quiere».
