Arranca la asamblea de la Asociación Iberoamericana de Posgrado

ULL

Más de 150 representantes de 17 países de toda Iberoamérica y España se reunieron  hoy miércoles 21 de marzo en la Universidad de La Laguna, formando parte de la Asamblea General de la Asociación Iberoamericana de Posgrado (AUIP). Esta asociación aglutina a todas las universidades del ámbito geográfico descrito para aunar criterios en la realización de posgrados, marcar indicadores de calidad y reforzar redes de colaboración y movilidad. Esta cita ha congregado la presencia de una veintena de rectores de todo el cono sur americano, así como de varios españoles.

El rector de la ULL, Antonio Martinón, agradeció al Ayuntamiento de La Laguna, al Cabildo de Tenerife y al Gobierno de Canarias su apoyo a la celebración de este evento internacional.  Hizo referencia al desarrollo en este centro docente del Campus América, un evento de quince días de duración celebrado el pasado mes de octubre con una veintena de seminarios de investigación, y donde también se habló de cooperación entre países, con especial atención al fenómeno de la pacificación en Colombia. Campus América sirvió para evidenciar las relaciones de colaboración en el ámbito investigador de uno y otro lado del Atlántico, al tiempo que también abrió nuevas oportunidades de cooperación, añadió.

Martinón adelantó que, en colaboración con el Gobierno de Canarias, la Universidad de La Laguna va a emitir una convocatoria de becas que gestionará la AUIP para atraer a este centro académico becarios de posgrado de Latinoamérica.

El presidente de la AUIP y rector de la Universidad de Cádiz, Eduardo González Mazo, señaló que los generadores de conocimiento, los trasmisores a la sociedad y sus representantes políticos se encuentran hoy en esta reunión. “Aquí se da cita el capital humano de un conjunto de países que forman el Espacio Iberoamericano de Conocimiento, a través de sus rectores o vicerrectores”, explicó. Gran parte de las conferencias y talleres que tendrán lugar estos días van enfocadas hacia la movilidad y la creación de redes que, si bien en el ámbito académico del posgrado resulta ya una evidencia, queda como reto el fortalecimiento de redes en la investigación.

La Asociación Iberoamericana de Posgrado planteó esta tarde la elección de la nueva junta ejecutiva, que saldrá oficialmente en el día de mañana, al tiempo que se presentará el plan de acción 2018/19. En la jornada de mañana jueves también se llevará a cabo varios seminarios de manera paralela, que abundarán en cuestiones como el desarrollo de posgrados iberoamericanos colaborativos con la ayuda de la AUIP o la puesta en marcha de redes iberoamericanas de investigadores.

“No hagamos marketing con los ránquines”


Tras la inauguración, el primer ponente de la jornada fue Martí Parellada Sabata, economista de la Universidad de Barcelona e integrante de la Fundación CYD, entidad responsable de uno de los ránquines universitarios más relevantes de ámbito nacional. En su ponencia El impacto regional de las universidades: hacia un sistema de indicadores de referencia habló de que, al mismo tiempo que es necesario analizar el rendimiento de las instituciones académicas, resulta peligros caer en la tentación de “hacer marketing con los resultados” de estas clasificaciones.

Para el especialista, toda universidad debería tener una visión estratégica que se plasmara en un plan estratégico, que contara con indicadores que le permitan conocer cómo se están logrando esos objetivos. Encontrar los indicadores no es sencillo, puesto que las universidades son muy diferentes entre sí: las hay públicas, privadas, presenciales, on-line, con historia, de nueva creación, enfocadas hacia la investigación, orientadas a la docencia y profesionalización, etc.

Son tantas las casuísticas posibles que, finalmente, a la hora de establecer comparaciones lo lógico sería hacerlo entre instituciones similares, por lo que tratar de organizar una tabla como si fuera una “liga” deportiva, es poco útil.

«Hay que gestionar con indicadores, no para los indicadores»


Según Parellada, lo idóneo sería contar con un grupo amplio, pero manejable de indicadores que pudieran medir la institución en cuestión en todas sus dimensiones: la docencia/aprendizaje, la investigación, la transferencia de conocimiento, la internacionalización y su contribución en su ámbito de influencia.

En su opinión, los sistemas de medición bien diseñados pueden ofrecer información útil sobre las fortalezas y debilidades de la universidad, de tal modo que facilita la toma de decisiones para acentuar las primeras y mitigar las segundas. Hay, pues, que tener muy en cuenta su funcionalidad: “Hay que gestionar con indicadores, no para los indicadores”.

El ponente se detuvo a analizar algunas de las clasificaciones más conocidas, como el ranquin ARWU, también conocido como “de Shangai”, del cual criticó que se enfoque solamente en la dimensión investigadora y obvie las demás. También explicó que un 30 % del valor final de esta clasificación tiene que ver con la presencia de premios Nobel en el centro evaluado, lo cual, a su juicio, limita el alcance y utilidad de este sistema.

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