Andrés Suárez y su músico, Marino Saiz, en concierto. Foto: Irene D.

Andrés Suárez: «Tengo ganas de cantar y de que no acabe el concierto»

Música

El pasado sábado, 9 de marzo, era su segunda noche cantando en el Teatro Leal de La Laguna. Andrés Suárez, se mostró muy agradecido con su público por haber llenado el recinto dos días seguidos. «19 años de mi primer concierto en esta Isla y me siguen tratando como en casa», dijo emocionado. Un concierto en acústico nunca antes vivido, que dio comienzo a las 21.00 horas y finalizó a las 23.00 horas. Solo dos personas y tres instrumentos, una guitarra, un violín y un piano, hicieron falta para crear un espacio lleno de emoción y sentimiento.

El artista venía con la idea de presentar su nuevo álbum Viaje de vida y vuelta. Un álbum que renace después de la pandemia. Aseguró que «la realidad nos defraudó a todos los presentes desde marzo de 2020» y es por ello que decidió borrar todas aquellas canciones que escribió durante ese momento.

«Eran canciones que hablaban del paisaje que veía la enfermera de mi madre en los pasillos, que hablaban de despedidas, etcétera.», comentó. Lo que buscaba el artista ahora era hablar de la vida desde la vitalidad. Asimismo, recalcó que «tengo ganas de cantar, de que no se acabe el concierto».

«Se merecían una canción, Teresa y Andrés» 


Entre todas esas canciones, se encontraban algunas de las más especiales de su nuevo proyecto. Para él su «canción favorita» es la que lleva el nombre de sus familiares. Con ella el artista quería hablar de la historia de amor entre su padre y su madre. Para él son «las personas más buenas, más trabajadoras y más luchadoras». Afirmó que ellos «se merecían una canción, Teresa y Andrés». Palabras que conmocionaron a quienes estaban presentes, pues es una canción que cualquiera podría dedicarle también a sus familiares.

A pesar de no haber cantado antes en el Teatro Leal, todo se sintió tan acogedor que parecía que actuaba allí todos los domingos, como cuando empezó y cantaba en el Búho Club o en un bar llamado Libertad Ocho en Madrid.

«La pared vibraba y yo quería ser pared vibrante» 


Rosa y Manuel. Otra de sus canciones más personales y que no cantaba hace mucho tiempo. Trata de su abuelo. «Mi abuelo que era cantante estaba obsesionado con Alfredo Kraus, con Los Sabandeños, y a pesar de su alzhéimer olvidaba mi nombre, pero no las letras de las canciones. Tenía un cuarto de pulmón vivo útil, y cantaba en la pared de su nieto, que era yo, y la pared vibraba y yo quería ser pared vibrante», apuntó. Andrés Suárez quería que en ese día tan importante su abuelo estuviese orgulloso de él y le dedicó un poema. El artista gallego no solo tiene nueve discos, que forman parte fundamental de su trayectoria, sino que también tiene dos libros de poemas.

Durante una hora de concierto el ánimo del público no decaía y el músico, cantaba canción tras canción sin apenas pausas de por medio. Hasta que llegó el momento de contar la historia de Almudena.

Almudena es la chica que inspira su segundo single del álbum, Valientes. Un reegae que va dedicado a todas aquellas personas que, como Almudena, sufren párkinson. «Ciento cincuenta mil casos en España, en diez años la cifra se multiplica por setenta. No sabía ni que había chavales con catorce años que tenían párkinson», explicó. Fue un momento mágico donde todo el público acompaño con las palmas y cantó a la par que el artista.

«En esta Isla a la que amo» 


Las carcajadas sonaron cuando presentó la canción Benijo. Recuerda una anécdota de su gira por Latinoamérica, en donde la gente que iba a su concierto le pedían la canción Ven y yo en vez de Benijo. «Imagínense lo que significa para mí cantar esta canción, aquí, en su origen», aseveró. Las playas de Tenerife, desde Puerto de la Cruz hasta Benijo, fueron la razón de ser de esta composición. «Me emociona mucho cantarlo en esta isla a la que amo», dijo. Una marea de gritos y aplausos envolvió el Teatro cuando finalizó esta canción. Antes de cantar sus últimos temas dio las gracias a todo el equipo técnico y a su mánager María Gutiérrez.

Tengo 26, Ahí va la niña, No te quiero tanto, No saben de ti un mix de estas canciones pusieron el broche final a un concierto de dos horas donde el artista mostró parte de su trayectoria en acústico. La increíble audiencia le acompañó en cada una de sus letras, melodías y momentos donde dejaba los instrumentos y su voz de lado para dar paso a quienes estaban presente.

Por último, mandó un mensaje agradeciendo de corazón el acompañamiento que está teniendo en su gira: «Espero que en lo que haya durado el concierto se hayan evadido, hayan viajado, hayan estado muy lejos del dolor, de las redes sociales, de la tensión, y que alguien se vaya emocionado, triste o alegre. Se vaya distinto a casa». Y se despidió con la canción Perdón por los bailes.

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