La exageración, la estridencia y lo llamativo aparecen este verano en los escaparates. Esta tendencia se presenta como el fin del blanco y el negro y de las líneas rectas, tomando el nombre de kitsch. Es el reinado de las formas y los colores (el turquesa y el rosa, imprescindibles), desde el toque vintage de la diseñadora Coco Fennell, hasta la inspiración naïf de la española Ágatha Ruiz de la Prada.
El flamenco, ese ave de cuello alargado y plumaje rosa, aúna todos los requisitos para convertirse en el protagonista del estampado de moda. Carolina Armas, estudiante de Periodismo, lleva un vestido con flamencos en tonos claros de Culito From Spain. “La versatilidad a la hora de combinarlo me permite llevarlo tanto por el día como por la noche y, además, es muy cómodo”, nos cuenta. Como complementos, utiliza un bolso transparente de Primark, sandalias brillantes de Las Vistas Shop y pendientes de H&M.
María Ana Llanos, estudiante de Trabajo Social, se decanta por otra de las tendencias del verano: el estilo étnico. Posa con los cáctus del García Sanabria. Los estampados tribales, las botas de fleco y los sombreros nos trasladan al Lejano Oeste. Viste una camisa de C&A en azul marino con estampado étnico en tonos turquesa, naranja y blanco. Las sandalias de tacón, otro de los puntos de color del outfit, son de la tienda Penélope.
El pantalón pitillo básico, también de C&A, y los accesorios discretos de Parfois, le permiten completar su look sin estridencias.
