La mutilación genital femenina se practica en 92 países del Mundo. Foto: PULL

Activistas señalan que legislar no es suficiente para erradicar la ablación

Solidaridad

La Consejería de Igualdad y LGTBI del Ayuntamiento de La Laguna organizó con motivo del 8M el encuentro online La mutilación genital femenina, ayer miércoles, 23 de marzo, a las 18:00 horas. Intervinieron Awa Diop, vicepresidenta de la junta directiva de AMAC; Sukeina Ndiaye, presidenta de la Asociación de saharauis de Tenerife y Hawa Touré, fundadora de la asociación Dimbe. Estas tres mujeres expusieron sus opiniones sobre la lucha para erradicar la ablación, una práctica que se realiza a día de hoy en 92 países. Destacaron la importancia de apoyar a las niñas en riesgo de ser mutiladas. El evento fue moderado por Lara Carrascosa, docente en Periodismo.

Awa Diop explicó que las leyes impuestas en los países africanos no son suficientes. La existencia de multitud de aldeas y poblados aislados hace que pueda desarrollarse sin problema alguno, pues saben que no va a llegar hasta las autoridades. Aunque se imparten castigos, se sigue realizando por creencias antiguas de cada etnia o sociedad. A día de hoy, se desarrolla de forma clandestina para evitar represalias por parte de la ley. Incluso, las niñas que viven fuera de sus países de origen corren el peligro de viajar a visitar a sus familiares y volver mutiladas. En estos casos, sus padres y sus madres pueden no estar de acuerdo, y ser otras personas de las familias quienes lo decidan.

Tanto Awa Diop como Hawa Touré y Sukeina Ndiaye coincidieron en que el principal problema es cultural. Por mucho que la ley esté encima y prohíba este «abuso», solo se podrá erradicar desde dentro, comentan. Quienes realizan la mutilación genital suelen ser mujeres o curanderas, y lo hacen porque creen que es para bien de la niña. En sus costumbres es bueno y normal para controlar la sexualidad.

Hawa Touré fue víctima de mutilación genital a los diez años. Comentó que los motivos por los que la sometieron fueron sociales y culturales, aunque ella los vea como una simple justificación. «Es algo perjudicial que hay que denunciar y retirar. Causa dolores extremos a corto y a largo plazo en las niñas y mujeres», dijo. Algunas complicaciones pueden causar la muerte de la chica, como la hemorragia o la anemia.

Hawa explicó que las secuelas no solo son de carácter físico, sino que afectan en los aspectos psicológicos, ya que «no te explican nada, te tumban y te cortan», provocando un shock postraumático; sexuales, eliminando o dificultando el orgasmo, sintiéndose «sin ganas de tener sexo porque es doloroso», añadió, o ginecológicos, como quistes o enfermedades infecciosas. «Es muy difícil hacer vida», concluyó Hawa Touré.

Medidas para acabar con la mutilación genital femenina


Según Sukeina Ndiaye, hablar de suprimir esta práctica en su totalidad es muy complicado por el tipo de mentalidad arcaica. Para hacerlo, habría que sensibilizar a la población mundial, y considera que eso es algo casi imposible puesto que «si no hay una conciencia general, va a ser difícil erradicarla». La mutilación genital femenina se practica en todo el mundo, aunque las leyes que hay en un país europeo disminuyen los casos. Para Sukeina, «hay que proteger a las que viven aquí para evitar que al ir a sus países las mutilen».

En el caso de las niñas que se encuentran en España, existen medidas para evitar sus mutilaciones. A parte de concienciar a sus familiares, cuentan con un protocolo de actuación que especifica cómo proceder en distintas situaciones. Por ejemplo, con un compromiso preventivo para viajes que compromete a la familia a no practicarle la ablación a su hija durante la estancia en su país de origen. Este consta de una revisión médica antes de partir y otra al regresar, para comprobar que se encuentra en igual condición. En unos documentos adjuntos, se explican los peligros para la salud de las niñas en caso de ser mutiladas. Awa Diop, Hawa Touré y Sukeina Ndiaye buscan que el proyecto se implemente en todas las regiones y luchan por que las medidas aumenten.

Para que en los países de origen disminuyan los casos es importante que la información llegue a todos los rincones. Según Awa Diop, la labor de sensibilizar y dar visibilidad es fundamental para conseguir el objetivo. «Si las mujeres conocieran los riesgos de la mutilación para la vida, a lo mejor no lo harían», subrayó Hawa Touré.

Una parte esencial en el proceso es la implicación de los hombres. «Es muy importante que estén en la lucha, se mutila a las mujeres para ellos», señaló Hawa Touré. Sukeina Ndiaye añadió que «todo gira en torno al placer del hombre». Las tres coincidieron en que, para estas familias, las figuras masculinas tienen una gran influencia, por lo que si estuvieran bien informados y sensibilizados acerca del tema, podrían salvar a sus hijas. Aunque también son las abuelas quienes poseen ese poder, los hombres pueden conseguir evitarles a las niñas la mutilación genital y sus secuelas.

Lo último sobre Solidaridad

Ir a Top