¡Las tiras de colores, las lágrimas que adornan la plaza! Miren esas alas enormes que le crecen a una niña que vuela sobre los tejados, menuda carambola acaba de hacer. Imágenes que quedan grabadas en la retina y vuelan por el aire mientras una paseante va tomando fotos con sigilo por las calles, no sea que la descubran las hadas y los gnomos que hacen de las suyas. Allí están, jóvenes, pequeños y mayores asomaban sus naricillas por la ventana a respirar un poco de sol, y el pueblo de Los Silos bulle de murmullos y sonrisas: se celebra la XXIII edición del Festival Internacional del Cuento, y la magia se respira en cada rincón.