Andrea Tejero: “Una mujer no se puede ganar la vida practicando un deporte”

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Andrea y Paula Tejero González son estudiantes del grado de Derecho en la Universidad de La Laguna. Estas dos hermanas de 21 años comparten una gran pasión: el baloncesto. Comenzaron a practicar esta disciplina en el Juventud Laguna que, tras juntarse este con el club Mayco, pudieron compartir su afición con otros entusiastas. Ellas consideran que este pasatiempo no está lo suficientemente valorado para las mujeres, ya que su experiencia en equipos mixtos no ha sido todo lo buena que esperaban. Con tan sólo 10 años ya veían a diferentes jugadoras de España y Estados Unidos y les motivaba pensar que podían llegar algún día a ese nivel.

Su visión de este deporte no es solo “jugar con una pelota”, sino “respetar a los demás y compartir con ellos como un equipo”. La instrucción es un factor importante para el aprendizaje de cualquier ejercicio, así como la familia. “Amamos esta modalidad, sobre todo, por el esfuerzo que han hecho siempre nuestros padres con nosotros. Nos dividíamos para llevarnos a los entrenamientos y, en los partidos, no importaba el resultado, siempre salíamos con una sonrisa”, explican las hermanas.

“Nos sentimos rechazadas en el equipo mixto”


Ambas captaron rápido la atención de ojeadores a nivel territorial y tras jugar varios encuentros con buenas actuaciones “nos presionaron para formar parte de la Selección de Tenerife”, pasando Paula las primeras etapas. Andrea no tuvo tanta suerte, ya que tras tener unos malos días, no estuvo a la altura y “jugué muy mal esas fases”.

Seguían entrenando en el Juventud Laguna y, tras conocer en su facultad a varios chicos de Erasmus, decidieron montar un combinado mixto para el Trofeo Rector de la ULL. “Ganamos todos los partidos y en la final sufrimos bastante al comienzo porque nuestro adversario era muy fuerte, pero vencimos con bastante diferencia”, relatan las tinerfeñas. Al preguntarles si se habían sentido rechazadas alguna vez en este tipo de grupos por su sexo, confiesan  que “sentíamos que los chicos con los que jugábamos preferían hacer sus tácticas y sentirse seguros que apostar por nosotras. Nos sentimos excluidas”.

En cambio, en otros conjuntos, “veíamos que sí se la pasaban bastante a las chicas y no entendíamos porqué a nosotras no, tenemos muy buen juego como base, controlamos bastante bien, somos rápidas y ágiles…». Por otro lado, comentan que “una mujer no se puede ganar la vida ejerciendo un deporte, en cambio un hombre sí”. En este sentido, las mellizas, aseguran que “la jugadora tiene que ser extremadamente buena para que se le dé el prestigio que merece. En una persona de sexo opuesto esto no ocurre, puede ser bueno o normal y ya tiene un reconocimiento notable”.

«El deporte de mujeres no se valora»


Para las hermanas, distinguir entre deporte masculino y femenino es un inconveniente que afecta a la sociedad que, a pesar de experimentar cierta evolución, debería tener más visibilidad de la que tiene. Asimismo, señalan como uno de los posibles factores el tratamiento de los medios de comunicación de estos aspectos, ya que se antepone lo masculino siempre. Además, recuerdan que “el Mundial de Baloncesto Femenino se celebra este año en Tenerife y nadie lo sabe. Si llega a ser el de chicos, estaríamos cansados de ver la publicidad y el patrocinio en todos lados”.

Como universitarias tienen que tener claro el periodo que emplean en la carrera y en su hobby favorito. “Hay tiempo para todo, incluso es mejor estar ocupada haciendo algo que te guste porque así te organizas tu día a día. Tener un horario establecido te hace mejor estudiante y deportista”, concluyen.

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