“La ventaja de las mujeres es que nos han educado para ser cooperativas”

Ciencias

Edith Padrón es profesora de Matemáticas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de La Laguna. En  ULLvioleta, proyecto de ULLmedia sobre la mujer científica, nos habló de Emmy Noether, una erudita referente en el mundo de los números. A diferencia del contexto en el que vivió esta experta, Padrón ha tenido la oportunidad de trabajar en lo que le apasiona. De ello destaca la importancia de la colaboración y la comodidad en el entorno laboral. Con su carisma y experiencia, nos cuenta cómo ha vivido su recorrido profesional.

¿Cómo ha sido ser mujer en una profesión masculinizada? “Es cierto que somos minoritarias cuando vamos a un congreso. En la carrera, en cambio, la mitad suelen ser mujeres y la mitad hombres. Además, si eliges una carrera de investigadora, poco a poco las mujeres se van descolgando por la competitividad que existe. Esto lo vemos en general en el entorno del hombre, pues siempre existe una rivalidad. No es que yo personalmente haya tenido grandes dificultades, pero sí es verdad que lo he visto en otras compañeras en su trayectoria por motivos de maternidad o lactancia. Yo trabajo esencialmente con varones, exceptuando algunas mujeres, y nunca he sentido que quede desplazada como mujer. Sin embargo, esto no significa que no suceda”.

«En Matemáticas, que es mi área, no ves casi mujeres»


¿Existe una mayor presencia de mujeres en el ámbito catedrático? “No, en las cátedras hay muy pocas. De hecho, en Matemáticas que es mi área no ves casi mujeres. Están contadas con los dedos de las manos. En otros campos hay alguna más o alguna menos, pero aquí somos pocas”.

Como profesora, ¿crees que existe una segregación de género en las carreras? “Sí, siempre he pensado que aquellas carreras que la sociedad ve como un éxito seguro están ocupadas principalmente por hombres. Yo he dado clase en Ingeniería y me he encontrado con una clase de 150 alumnos frente a solo 20 alumnas. En Matemáticas, sin embargo, ambos géneros deciden estar ahí porque les gusta y están más a la par. Hay otras disciplinas como Enfermería o Biología en las que las chicas son un número mayor, mientras que en Física son fundamentalmente chicos. No depende tanto de la discriminación del centro académico, sino de la reputación de lo que son profesiones para varones o para mujeres. También sucede que las mujeres suelen acercarse a materias relacionadas con el cuidado de las personas o la salud porque nos han educado en esos roles y se sienten en un contexto en el cual pueden desarrollar mejor su labor”.

En este caso, ¿qué puede hacer la Universidad? “Difícil pregunta… En parte es lo que ya estamos haciendo, que es intentar visualizar que hay mujeres que trabajan en el entorno científico. Se pueden hacer más cosas. En el ámbito de las matemáticas, muchos de los problemas que se trabajan en clase tienen que ver con conceptos de Ingeniería. Por ejemplo, se dice ‘un camión va de un sitio a tal sitio…’ ese desarrollo de la historia es considerado muy varonil. Normalmente no se dice ‘Una enfermera tiene X pacientes…’. Quizás hay que intentar acercarse más a lo que las mujeres piensan, a que ellas se den cuenta de que pueden desarrollar sus percepciones de forma profesional en cualquier ámbito y de la manera en la que ellas quieran desarrollarlo».

«Nuestra ventaja como mujeres es que, aunque nos han educado en la responsabilidad, también lo han hecho en la colaboración»


¿Ves un aumento en el número de alumnas estudiando Ciencias? «En Matemáticas desde hace unos años estamos casi por encima, las mujeres son muy ‘currantes’, no se intimidan con ningún compañero. Sin embargo, el otro día tuvimos una mesa redonda en Zaragoza sobre estas problemáticas y una compañera señaló que en la doble titulación de Física y Matemáticas, bastante exitosa y de las que más nota requiere; está mayoritariamente ocupada por hombres. Esto es porque es muy competitiva y las mujeres no se suelen sentir bien en estos espacios.  Hay que intentar que esto no suceda y descubrir por qué ocurre. Yo considero que es porque nosotras trabajamos en cooperación y los hombres, en general, no hacen lo mismo».

Has demostrado ser una mujer con iniciativa, ¿alguna vez te han obstaculizado el camino? “No siento que nadie me haya obstaculizado nada. Muchas veces el obstáculo es propio por esos estigmas sociales que uno tiene. Sí es verdad que yo tengo iniciativa con las cosas que me gustan. Lo que he aprendido con el tiempo es que cuando quiero hacer algo, busco un grupo de gente con quien me sienta bien para llevar las cosas a cabo. Eso que la gente llama ‘liderazgo’ supone que cuando tú desapareces, desaparece lo que estás haciendo. Tenemos que pensar distinto, hay que conseguir que todo el mundo participe y que haya gente joven para que te coja el relevo. Nuestra ventaja como mujeres es que, aunque nos han educado en la responsabilidad de lo que no tenemos que ser responsables, también lo han hecho en la colaboración”.

«La discriminación no consiste en que sea solo hacia ti»


¿Cuáles son tus perspectivas futuras respecto a la figura de la mujer en el campo científico? «Yo hace muchos años estuve en la Real Sociedad Matemática Española llevando la Comisión de Mujeres y Matemáticas durante tres o cuatro años. En ese tiempo hicimos un montón de actividades en torno a la cuestión. Lo dejé y, a pesar de que he dado algunas charlas de este tipo, he intentado oxigenarme, ya que estábamos repitiendo los mismos tópicos. Yo quiero seguir indagando con proyectos sin el estrés de estar en un comité y desde luego no permitiendo que en mi entorno haya ningún tipo de discriminación, cuando esto sucede jamás dudo en denunciarlo. La discriminación no consiste en que sea solo hacia ti. El problema es que muchas mujeres señalan que ellas no se han sentido marginadas, pero ¿significa esto que ninguna lo está? Tenemos un cometido, y es ponernos al frente y no ocultarla, aunque no nos afecte. La responsabilidad personal no tiene que ser propia sino también con las demás”.

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