Dos años después de su último éxito con los álbumes gemelos Folklore y Evermore, Taylor Swift nos presenta su nuevo proyecto musical, Midnights. Este es el décimo álbum de estudio de la artista norteamericana y en él resume trece noches en vela a lo largo de su carrera: «Esta es una colección de música escrita en la mitad de la noche, un viaje a través de los sueños y las pesadillas», explicaba en un post en Instagram.
Musicalmente, Midnights representa una perfecta combinación entre álbumes anteriores como 1989, Reputation, o Lover, trayendo el pop nuevamente a los oídos de los fans, luego de que sus dos últimos trabajos discográficos se extendiesen más hacia el género indie folk.
El amor está muy presente en este nuevo álbum, sin embargo, tal y como comentó la artista, Midnights es un collage de muchas emociones, todas propias del día a día, pero especialmente de la soledad nocturna.
El viaje emocional de Midnights
La primera canción en el álbum es Lavender Haze, cuyo tema principal es el romance y cómo la artista prefiere profundizar en la pasión de su relación y dejar de lado los comentarios o percepciones negativas de la gente que, desde el principio de su carrera, ha usado sus relaciones como excusa para encasillarla bajo estigmas misóginos. El concepto de amor es constante a lo largo del proyecto, aunque abordado siempre de formas distintas.
En Maroon, la artista habla de un sentimiento mucho más maduro que otros a lo largo de su vida, donde prevalece la honestidad y la complejidad de relaciones adultas. Mientras que en Snow on the beach, relata desde su perspectiva la experiencia de que dos personas se enamoren entre sí, al mismo tiempo.
Anti-hero es un ticket de entrada a las inseguridades más profundas de la artista. Esta canción relata la falta de control que podemos sentir por nuestras propias vidas y las direcciones que tomamos, al igual que sentirnos fuera de lugar y tener miedo por la percepción que otros tienen de nosotros. Sin embargo, a pesar de hablar de los aspectos negativos que reconoce en sí misma, Swift los aborda con melodías divertidas y pegadizas.
El desamor, casi innato en los proyectos musicales de Taylor, cubre este álbum como un gran manto de recuerdos y relaciones pasadas. Al tratarse de trece noches a lo largo de su carrera, Swift incluye historias de antiguas relaciones y el dolor que supusieron. Canciones como Sweet Nothing, Midnight Rain y Would’ve, Could’ve , Should’ve, esta última incluida en la versión 3 AM, que añade 7 canciones al álbum original, son un buen ejemplo de esto.
You’re On Your Own, Kid cuenta una nostálgica historia de desamor infantil, donde tras sufrir un rechazo, el personaje central se da cuenta de su soledad. Sin embargo, Swift también se embarca en experiencias antiguas, reflejando así muchas de sus problemáticas como adolescente y sus intentos de poder conseguir a alguien que la amase como ella estaba dispuesta a amar.
Vigilante Shit y Karma representan el guiño vengativo de Midnights. En el primer tema se cuenta la historia de una mujer que elige la venganza como medio para canalizar sus emociones tras una ruptura amorosa. Mientras que en el segundo, se nos pinta la imagen de Swift viendo como todos sus “enemigos” pagan por su vileza hacia ella.
El concepto del karma ha estado muy presente en la carrera de la artista, especialmente luego del lanzamiento de Reputation, 2017, y los eventos que construyeron la temática del álbum, por lo que juega muy a menudo en sus canciones con el mantra de “poner en el mundo lo que esperas recibir de él”.
La complejidad de este proyecto musical, al igual que de la carrera de Taylor Swift en general, muestran su talante como artista. Navegando entre muchos temas, emociones y vivencias, logra recrear en tan sólo 44 minutos una experiencia que es global. El arte de Midnights no está solo en sus melodías sino también en las historias que cuenta, consiguiendo así, que muchos de sus oyentes puedan sentirse acompañados en los momentos más oscuros y profundos, propios del insomnio de la medianoche.